Un paseo escolar por la cárcel de Enrimir

“Los lugares como los zoológicos antiguamente eran reconocidos dentro de la currícula escolar. Se recomendaba a las docentes llevar a los chicos a estos lugares para reconocer la fauna, tanto la autóctona como la exótica”, indicó. “Eso ha quedado desvirtuado porque se ha ido demostrando que el daño que se le hace a la naturaleza sacando animales de su hábitat natural es contraproducente”, añadió Froy.

Si las especies no son liberadas, el titular de la ONG reclamó que las autoridades provinciales y municipales realicen un control periódico administrativo y sanitario. “El Estado no puede estar ausente”, indicó. “Tengo entendido que Flora y Fauna ya hizo un aporte visitando el lugar y haciendo lo que le corresponde, según su propio protocolo”, dijo.

En cuanto a la municipalidad, el emprendimiento está dentro de su jurisdicción ya que el ejido se extiende hasta el embalse, la ex ruta nacional 14, el arroyo Ayuí y el río Uruguay (ley provincial Nº 8787/93). Incluso, señaló que la Dirección de Veterinaria tendría que tomar cartas en el asunto además de Inspección General ya que el Arca está habilitad como negocio.

Una razón de peso para que el Estado no mire para el costado es la salud pública debido a que hay informes científicos de que los elefantes en cautiverio (hay un ejemplar asiático en el Arca) pueden ser portadores de tuberculosis. “Por qué no tener en cuenta eso en una región como la nuestra donde más de una vez hemos visto este flagelo afectando a muchas personas”, señaló.

“En el caso de algunos de los monos existentes en este emprendimiento, hay una fundación (proyecto Carayá que funciona en Córdoba) donde se trabaja con la reinserción de los animales en la naturaleza”, dijo Froy.

En el caso de los yaguaretés, suponiendo que les hayan extirpado los colmillos lo que imposibilita su retorno al hábitat natural porque serían víctimas de otros predadores, podrían permanecer en las jaulas pero en mejores condiciones. Pero una vez que haya muerto el animal, las jaulas deberían desparecer o dejar de ser utilizadas. “Eso es lo que no hay en este momento, un control de entrada y salida de los animales”, admitió.

Más adelante, Froy dijo que debería intentar traer a personas capacitadas para abordar el tema. Conciencia Animal puede traer a una etóloga sin costo para la comunidad o el municipio. La fundación Franz Weber puede acercar a la especialista para realizar un estudio de las condiciones de los animales encerrados.

Por último, el titular de Conciencia Animal quiso dejar en claro que la ONG está en condiciones de recibir animales. Desde la provincia les indicaron que muchas veces que encontraban animales se los entregaban al “Arca” porque iban “a estar mejor”. Froy dijo que, cuando les preguntaron sino iban a ser alimento de los ejemplares enjaulados, nunca recibieron una respuesta aclaratoria. «Quedó en el marco de la duda si era posible o no”, señaló.

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