Un nuevo proyecto que recuerda viejas polémicas

El primer edil consultado fue el concejal Alberto Armanazqui (FPV) quien señaló que ‘cualquiera de los concejales tienen el derecho de acceder a la rendición de los gastos públicos. Para eso hay un sistema administrativo que lo establece las Ley 10.027 que dice que en un determinado tiempo hay que presentar el presupuesto y en un determinado tiempo hay que presentar la rendición de gastos al Concejo Deliberante’.

‘Ahí tiene acceso tanto del oficialismo como de la oposición de controlar los gastos del municipio. Durante el año, en algún tema en particular, con un pedido de informe simplemente va a poder acceder a la rendición de gastos’, sostuvo.

En otra línea recordó que ‘ya hay organismos establecidos dentro de la provincia, está el Tribunal de Cuentas de la provincia que viene y hace arqueo y hace el control de gastos de los municipios’.

Más adelante se refirió a la gestión de Juan Carlos Cresto: ‘Se pidió en forma permanente auditoria al Superior Tribunal de Cuentas’ y añadió que ‘Enrique Cresto ya anunció que su secretario de Hacienda será el contador Álvaro Sierra y que en la gestión de Juan Carlos Cresto con este mismo contador al frente de la Secretaria de Hacienda el municipio recibió premio a nivel nacional por su buena publicación de la charla de cuentas de municipio y transparencia’.

‘Será un tema para charlar y consensuar. Veo que la oposición, en este caso Cambiemos, tiene la primera minoría o sea que va a tener un rol en el Concejo como corresponde a la primer minoría, pero creo que se está prejuzgando de algo que no veo que haya inconveniente en el sistema que hay actualmente’, agregó.

Respecto de los dichos de Benítez, ‘se lo verá oportunamente y si da los motivos correspondientes lo consensuaremos. No estoy en desacuerdo que haya control en los gastos al contrario, yo creo que cuanto más claras y más transparentes sean las cuentas mejor, porque lo que la sociedad quiere es precisamente que los fondos y los aportes que la comunidad que hace al municipio, lleguen a donde tengan que llegar con una muy buena administración y transparencia’, y destacó que ‘eso hace a una gestión transparente y se va a dar como se ha dado en estos ocho años de gestión de Gustavo Bordet’.

Retrasos y trabas

El ex concejal Eduardo Miranda, integrante de la bancada de la Alianza en ese momento, dijo que la idea de Orduna había sido “muy buena”. En agosto de 2000 comenzó a funcionar la comisión con dos representantes de la oposición, los contadores Edgardo Marsó y Jorge Cossa, y uno por el oficialismo, el abogado Jorge Sosa.

Miranda recordó que una de las primeras tareas de la comisión fue averiguar cuanta gente cobraba un sueldo en la municipalidad. “Todos eran coincidentes, inclusive el representante del justicialismo, en decir que había un déficit terrible: había mucha más gente que la que realmente se necesitaba”, indicó.

No obstante, una de las quejas de los integrantes de la comisión era la tardanza en la remisión de los gastos. Llegaba con uno o más meses de retraso cuando la intención era tenerlos en “tiempo real”. “No se dio, no sé si porque no se contemplaba o había resistencias del Ejecutivo”, señaló. Además dijo que los pedidos de la comisión eran retaceados o demorados. “Desde el Ejecutivo se les ponían todas las trabas posibles”.

En ese momento, en la municipalidad se hablaba constantemente de llevar a cabo una auditoría de los períodos 91-95, cuando Jorge Busti había sido intendente por tercera vez, y del período siguiente 95-99, la primera gestión de Juan Carlos Cresto. “Era una cosa que preocupaba mucho al oficialismo. Tal es así que nunca se pudo llevar a cabo”, mencionó. Cuando se aprobó la ordenanza de la auditoría, el argumento del Ejecutivo para no llevarla a cabo era que no había dinero. Y aunque desde la gobernación se ofreció colaboración en ese sentido, tampoco pudo ser ejecutada. “Preocupaba a Busti que, en ese momento, tenía un predicamento importante y a Cresto que, como siempre, tenía tareas del Estado. Orduna era muy cuidadoso de cuidarles las espaldas a sus compañeros”, dijo Miranda.

De ahí en adelante, las discusiones sobre la tarea de la comisión se centraron en cuestiones “superflúas” en desmedro de la tarea de la misma. Una de ellas eran las filtraciones a la prensa. De esa forma, se “invalidaba o ninguneaba” la opinión de los técnicos.

El comienzo del fin de la comisión fue en agosto de 2002 cuando había que renovar a los integrantes de la misma. Previamente se había separado del bloque de la Alianza del ex concejal Ramón Almeida. “Se había pasado casi descaradamente a ser integrante del justicialismo”. Almeida quería colocar un integrante en  la comisión en representación de su bloque unipersonal. Según Miranda, nunca vio al oficialismo en el Concejo defender una iniciativa externa al bloque con “tanta fiereza”. La “virulencia” dentro del oficialismo fue tal que terminó con la expulsión de la presidencia del ex edil Edgardo Kueider, actual titular de la secretaría de Gestión Participativa. Según Miranda, la decisión se debió a que Kueider estaba en favor de la posición del bloque de la Alianza que no daba lugar a ningún representante de Almeida.

La comisión no se pudo rearmar. “No nos podíamos poner de acuerdo”, recordó. La ordenanza siguió vigente durante el año 2003 pero la comisión no funcionaba. En 2004, el intendente que sucedió a Orduna, Juan Carlos Cresto por segunda vez, derogó la ordenanza.

Un mal recuerdo

La concejal Irma Bergalio, quien integrará el próximo Concejo Deliberante,  también fue parte del legislativo durante el período del ex intendente Hernán Orduna. Consultada al respecto, dijo que quieren ver el proyecto en detalle de Benítez. “Lo veremos con los concejales electos y decidiremos en el seno del nuevo Concejo”, recalcó. Pero dijo que no quería adelantar opinión sobre un proyecto que aún no han visto.

“Hay que ver como se organiza, quienes integrarían esa comisión, como están redactados los objetivos y si realmente esto lleva construir un mejor ejercicio de la función pública”, explicó.

Respecto de lo sucedido en el gobierno de Orduna, lo primero que recordó Bergalio es que la comisión no surgió a proposición de la oposición. Por el contrario, fue un proyecto del ex mandatario municipal. “El propio Ejecutivo fue quien solicitó que se creara dicha comisión con participación mayoritaria de la oposición”, manifestó.

En tal sentido, recordó que la composición del Concejo en aquellos años es similar a la que sobrevendrá luego del 10 de diciembre. El oficialismo contaba con siete ediles y el resto pertenecía a partidos opositores. “En ese sentido es muy parecido”, manifestó.

La concejal recordó que transitaron años agitados en aquel entonces. Había conflictos de todo tipo a diario. Primero y principal la cuestión económica. No se podían pagar la totalidad de los sueldos de los empleados municipales en efectivo.  Se abonaba una parte en pesos y la otra en bonos federales. “Teníamos un gobierno nacional en manos de la Alianza, la provincia en manos de (Sergio) Montiel y nosotros defendiendo a la municipalidad como podíamos”, recordó.

En ese contexto se crea una comisión para que colaborase en llevar adelante la gestión. “Que coadyuvara para ver de que manera se podían llevar adelante, que aportara en saber de que manera llevar adelante los gastos y el ejercicio de la intendencia en un momento tan crítico como el que vivíamos”, señaló.

Para Bergalio, el funcionamiento de la comisión no fue satisfactorio. “El objetivo era que se abocara a lo que era revisar el gasto realizado por el Ejecutivo y hacer una crítica constructiva al respecto. Si había algo que estaba bien o mal; que había que corregir; si había que hacerlo de otra manera”, señaló. Pero en lugar de eso, la comisión se enfocaba en temas “específicamente políticos”. Ello debido que se había “politizado partidariamente”.

“Había oposición a todo lo que se hacía. Se ejercía desde esa comisión un desgaste político tremendo en cuanto a la búsqueda de lo que ellos consideraban que no estaba bien hecho. Podía presentarse o plantearse de otra manera. Sin embargo nunca se hizo de esa manera” indicó.

Los pedidos de informe eran extensos, siempre con críticas absolutamente negativas. “No digo que las cosas se hicieran perfectas pero no puede ser que no encuentres nada que esté algo bien”, indicó. En consecuencia, los resultados “no fueron los que se buscaban”, indicó Bergalio.

 

 

 

 

 

 

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