José Díaz detalló que los internos del pabellón implicado “estaban festejando el cumpleaños de uno de ellos, de acuerdo a las palabras que nos brindo el propio jefe de policía, principal Walter Ferreira”.
La mayoría de los revoltosos estaban bajos los efectos embriagantes de una bebida denominada scabio, “la cual es realizada con cáscaras de papas o de naranjas, a las que se le agrega agua y azúcar”, según explicó el cronista uruguayo. Agregando que a esta preparación la esconden “dentro de las cámaras sépticas, las cisternas o en algún lugar dentro del recinto hasta que esta preparación fermenta y cuando la toman se vuelven incontrolables”.
Las escaramuzas tardaron cerca de 35 o 40 minutos aproximadamente, hasta que llegó al lugar el grupo de choque ATA (Agrupamiento Táctico de Apoyo) los cuales ingresaron al pabellón armados con escudos, balas de goma y máscaras antigas.
También debió intervenir una dotación de bomberos porque los internos habían incendiado algunos colchones.
Díaz explicó que “según nos dijo el jefe de policía, tuvieron que enfrentarse con los reclusos a fuerza de bastones y reducirlos, porque estaban incontrolables y desacatados”. Como resultado de la refriega hay personas heridas de los dos lados, “tanto reclusos como policías”, pero ninguno revestiría secuelas de gravedad.
Hasta el lugar debieron concurrir varias ambulancias, tanto del centro de la Sociedad Médica Quirúrgica de Salto, como también del hospital Salto, que pertenece al Ministerio de salud Pública. Algunos heridos fueron atendidos en el mismo sitio y otros trasladados hasta el hospital, mientras que alrededor de 16 quedaron dentro de la camioneta del grupo de choque, hasta que los comenzaron a distribuir en distintas seccionales policiales.
La cárcel esta ubicada en la zona este de la ciudad, antes de llegar al barrio Uruguay, frente al barrio Artigas. Un recinto que fue construido para cárcel, pero que no contaba con las medidas de seguridad necesarias, las cuales se fueron anexando progresivamente.
