Los parques nacionales viven un récord histórico de visitantes y de recaudación. Así fue a lo largo de 2003 y los nuevos datos indican que en 2004 superarán sus marcas. Según un estudio realizado por la Administración de Parques Nacionales (APN), 1.800.000 turistas visitaron en 2003 los principales parques del país —un 50 por ciento más que en 2002— y este año esperan superar los 2.500.000.
Según el director de la APN (Administración de Parques Nacionales), Héctor Espina, los parques más visitados este año serán Iguazú, donde se esperan 900 mil visitantes contra los 640 mil de 2003, y Los Glaciares que, si bien está limitado por la capacidad escasa de alojamiento de Calafate, creció un 65 por ciento en enero con respecto a enero de 2003. La estadística menciona que hubo, también, un 56% más de visitantes en el Nahuel Huapi y un 75% más en El Palmar, comparando enero de 2003 y de 2004.
El boom turístico Espina lo atribuye al doble efecto de la devaluación que atrajo a los extranjeros, favorecidos por el tipo de cambio, y a los argentinos que antes viajaban al exterior.
Pero para que el sueño no se diluya habrá que atender, por lo menos, dos falencias que padece el área: la escasez de personal y la urgencia de inversiones en infraestructura. De una lista frondosa de déficit, en Los Glaciares, por ejemplo —un parque en el que la entrada para extranjeros cuesta 30 pesos y para los argentinos, 12— hay sectores con barandas caídas y está en proceso de licitación por un millón de pesos la renovación de las pasarelas. Pero sobre la construcción de pasarelas complementarias, de una confitería de nivel internacional y de instalar 20 baños porque los ocho actuales no dan abasto sólo hay conversaciones. Talampaya, un parque con gran potencialidad de visitantes, también tiene grandes carencias: falta desde un centro de atención al visitante hasta hosterías y baños.
Por otro lado, el déficit de personal es alarmante y moviliza al sindicato ATE Parques Nacionales. Según cifras de la APN, para las 3.655.000 hectáreas protegidas —superiores a la superficie de Misiones o de Tucumán— hay 1.100 trabajadores, de los cuales 600 son personal estable y de ellos sólo 250 son guardaparques. «El resto son contratados, voluntarios, brigadistas o pasantes, todos cumpliendo tareas imprescindibles para la institución. Desde ATE reclamamos su incorporación a la planta permanente», explica el delegado Andrés Freisztav. Tal como están las cosas, sostiene Espina, «hay un trabajador estable por cada 6.500 hectáreas, cuando lo deseable es uno cada 4.000».