El joven fue procesado por el juez de instrucción por el presunto homicidio calificado de sus padres: Claudio Rigoni y Teresa Kerkaert. El abogado defensor del joven impugnó algunas pericias e interpuso un recurso de apelación ante la Sala Penal de Concordia. “La Cámara requirió estudios como un mapeo cerebral que no se efectivizaron porque no se efectuaba en ese momento en la provincia en los establecimientos públicos”, señaló.
“La Sala Penal revocó ese procesamiento y decretó el sobreseimiento”, dijo el letrado. «Falló a favor de la posición que habíamos sustentado en el recurso en base a una excelente pericia psicológica-psiquiátrica que se había producido”, indicó Briceño. Los jueces solicitaban saber si Facundo padecía alguna alteración mental y los peritos establecieron que todos los hechos ocurrieron mientras el joven estaba en pleno uso de sus facultades mentales pero, al momento de los hechos, habría padecido una alteración que podría ser un trastorno mental transitorio o una crisis psicótica.
El sábado 3 de junio de 2006, Facundo tenía 17 años. Estaba en su casa acompañado por sus padres y sus dos hermanos menores, un varón un año menor y una niña con problemas de autismo infantil. “Aparentemente ocurrió una discusión que eran frecuentes en el ambiente familiar entre el padre y la madre”, dijo Briceño.
Aparentemente, el joven recuerda que intercedió en defensa de su madre. “Esto lo puso a él en el conflicto y ahí el recuerdo de él no es tan preciso pero probablemente haya tomado un rifle y le dispara (al padre) Después ya desbordado en una crisis psicótica, existe la posibilidad de que hubiera golpeado a la madre”, dijo Briceño.
“La madre fallece a raíz de golpes”, indicó el letrado. En la madrugada del domingo 4, en sede policial, el hijo mayor del matrimonio habría confesado haber dado muerte a su padre, por una reacción violenta al ver a su madre con graves heridas presuntamente provocadas minutos antes por el jefe de familia. Pero el juez de primera instancia también lo consideró penalmente responsable de la muerte de Teresa Kerkaert.
Consultado sobre el significado de una crisis psicótica o un trastorno mental transitorio, Briceño respondió: “en definitiva, se encontró obnubilado y no pudo dirigir conscientemente sus acciones”.
Durante los meses en que transcurrió el proceso penal, Facundo estuvo bajo un régimen de guarda y asistencia del Consejo Provincial del Menor. “Ahora tiene un asistente terapéutico; estuvo trabajando; estudiando; haciendo terapia con psicólogos y psiquiatras; incluso ahora que está fuera de la causa la Cámara local le impuso la obligación de que continúe con la asistencia terapéutica supervisado por una jueza de menores de Paraná”, dijo Briceño.
Interrogado sobre la repercusión que podía generar en la sociedad la liberación de un menor que ultimó a sus progenitores, Briceño dijo la opinión pública “que lo conoce puede decir una cosa; la que no lo conoce otra: no hay una única opinión”. No obstante, recalcó que todo viene de la situación familiar conflictiva en la que vivían los Rigoni: violencia doméstica, infidelidades, maltrato, golpes. “Una situación muy conflictiva en la que se fue formando el chico”, dijo.
