Al parecer el muchacho se habría metido en la pileta de lona y momentos más tarde salió de ella para comenzar a inhalar algún tipo de pegamento, lo que fue advertido por un familiar que le aconsejó que lo dejara de hacer, sin ser escuchado.
Alrededor de las 16.30 fue su abuela la que lo vio sentado en el borde de la pileta y en la misma actitud, pero como en el caso anterior, no aceptó las recomendaciones.
Ya pasadas las 17.30, nuevamente su abuela fue al patio y se sorprendió al ver al muchacho flotando boca abajo en la pileta de lona, por lo que llamó a un primo para retirarlo, pero lamentablemente ya nada se pudo hacer.
Tras el lamentable suceso, dieron aviso a la Policía, llegando al lugar un servicio de emergencia y efectivos del Comando, que dieron aviso a las autoridades. Momentos más tarde se constituyeron en el lugar la jueza de Instrucción, María Cristina Calveyra, y su secretario, siendo acompañados por el subjefe policial, comisario inspector Ariel Bardallo.
Con el lamentable suceso se produjo un serio revuelo en el barrio, lo que generó la llegada de numerosos vecinos que intentaban ver lo que había ocurrido, demandando el cierre de la zona del hecho.
Una vez cercado el lugar, se presentaron efectivos de Criminalística que realizaron en relevamiento del escenario, levantando elementos de importancia para establecer fehacientemente lo ocurrido, pudiéndose observar que junto al cuerpo del infortunado muchacho, se hallaba una bolsa de nailon con una sustancia, que posteriormente se corroboraría sería el conocido pegamento Poxiran.
Personal de bomberos estuvo en el lugar y fue el encargado de retirar el cadáver, que fue trasladado a la morgue del hospital Justo José de Urquiza, donde se le practicaron las pruebas correspondientes. Si bien no se dieron oficialmente los motivos del deceso, se supo se habría producido por asfixia por inmersión, seguramente al caer al agua en estado de inconciencia. Las actuaciones quedaron en manos de la Sección Judiciales de la Jefatura.
