El informe se denomina Monitoreo independiente de desempeño con arreglo a los requisitos de la Corporación Financiera Internacional, y fue publicado en la página web de la CFI durante esta semana. En 90 páginas se detalla el Plan de Acción Ambiental y Social (ESAP), que incluye 16 acciones, entre ellas los planes de Gestión de Materiales Peligrosos, de Preparación y Respuestas ante Emergencias y de Gestión de Residuos Sólidos, entre otros.
En el apartado sobre el Plan de Gestión de Materiales Peligrosos, realizado según las directivas de la CFI y con datos proporcionados por la misma Botnia y la Dirección de Medio Ambiente del Uruguay, se explica que se denominan peligrosos a los materiales que representan “un riesgo excesivo para la propiedad, el medio ambiente o la salud humana a causa de sus características físicas y/o químicas”.
El estado de esta acción se detalla como “finalizado con compromisos adicionales”, y se señala que “en los 12 meses posteriores al arranque de la planta, Botnia ampliará la evaluación cualitativa de los riesgos potenciales hacia una evaluación cuantitativa para aquellos incidentes que tengan el potencial de ocasionar un daño serio en el medio ambiente”.
Según el informe, los principales riesgos químicos son: “Producción y manipulación de dióxido de cloro, producción de clorato de sodio, producción de peróxido de hidrógeno, almacenamiento de ácido sulfúrico, almacenamiento de hidróxido de sodio, almacenamiento y manipulación de productos químicos en la planta de Kemira, formación de sulfuro de hidrógeno, formación de metanol y otras áreas donde se manipulan sustancias químicas”.
A continuación se enumeran los 13 materiales peligrosos que son utilizados en la planta. Dos son producidos en Kemira y transportados en camión: el clorato de sodio, cuyo peligro radica en ser oxidante, y el peróxido de hidrógeno, que es oxidante y corrosivo.
Otros nueve se trasladan en barco por el río Uruguay, desde una tonelada anual de amoníaco a 48.000 toneladas al año de clorato de sodio. El resto se producirá en la misma planta.
En cuanto a los residuos peligrosos que generará la fábrica, se estima que a largo plazo serán entre 100 y 150 toneladas al año, entre ellos: aceites, solventes, baterías, plaguicidas, residuos de laboratorios, luces fluorescentes y detergentes.