Un hospital en el desierto

“Por la entrada de agua de Obras Sanitarias llega el mediodía y ya no tenemos agua. Todos los veranos nos pasa lo mismo y no sólo al hospital sino al barrio completo”, indicó el delegado. El Carrillo está ubicado en el barrio José Hernández.

El agua no sirve para realizar nebulizaciones ni para esterilizar el instrumental. El delegado indicó que el hospital queda virtualmente paralizado porque el agua no es adecuada “ni para limpiar las herramientas”. En ese sentido, dejó en claro que tampoco se puede tomar. “No es un agua cristalina, no es limpia: es una agua sacada de cualquier lado. De cualquier laguna, de cualquier arroyo”, indicó.

“Se entrevera y ya para tomar no sirve; ni para bañarse porque no sabemos las infecciones que puede traer”, señaló. El único uso que le dan al agua es la limpieza de pisos y baños del nosocomio.

Basualdo señaló que en tres oportunidades se realizaron pozos en los terrenos del hospital. “Al ‘cuete’ porque no dieron resultados”, señaló. Las perforaciones realizadas sólo llegan hasta la primera napa de agua. “Hacen un pocito de 13 o 14 metros. Anda un día o dos, se van (personal de la provincia encargado del pozo) y después no tiene más”, manifestó.

En ese sentido, mencionó que la tarea debería ser tomada en serio haciendo un pozo similar a los que se hacen en las explotaciones arroceras, de varias decenas de metros de profundidad, con una bomba extractora. “Acá el gobierno tendría que traer una ‘pocera’ en serio y que hagan un pozo de 80 o 90 metros. Se pone una bomba y diga: ‘bueno tengo agua para toda la vida’”, dijo.

“Como delegado tengo que hacer una nota que ya para tomar la gente no tiene. Los camiones cargan en cualquier lado, esta bien ellos colaboran, pero para tomar no sirve porque no es potable”, indicó Basualdo. El personal no profesional consume de bidones de agua. “Pero la habían bajado a la compra de bidones. Ahora la van a tener que volver a aumentar”, señaló. La otra alternativa es consumir suero. “Y sí porque sino te deshidratás. De alguna forma se las arreglan los empleados”, mencionó.

Aunque los reclamos son elevados a la Dirección no tienen respuesta. Basualdo dispensó a la conducción del hospital del problema. “No es culpa de la Dirección. Es de arriba, de mucho más arriba”, indicó.

Bomberos aguateros

En tanto, desde Bomberos Voluntarios, el oficial Cristian Bravo, pidió prudencia a la población debido a la cantidad de incendios de pastizales que deben sofocar. Para ello, están utilizando un camión cisterna de 8.000 litros que en realidad lo necesitan para abastecer con agua a los barrios que no llega. “Estamos abocados al abastecimiento de familias que vienen a buscar con tachos, con baldes, en piletas, en lo que pueden”, señaló. La tarea la hacen en conjunto con personal de Servicios Públicos de la municipalidad, con otras dos cisternas del Ejército y de Bomberos Zapadores.

Hoy tuvieron que asistir al barrio ubicado en Paula Albarracín de Sarmiento y ex Ruta 4. “Fuimos a extinguir un incendio y las familias que estaban ahí tampoco tenían agua. Por eso dejamos agua ahí”, indicó. También asistieron a personas que viven en el barrio Constitución y en la zona ubicada al suroeste del Cementerio Nuevo, barrio Villa Progreso. “En ese lugar todo el barrio está sin agua”, manifestó.

Bravo indicó que además de asistir a los vecinos, deben acudir en auxilio de hospitales como el Carrillo, sanatorios, residencias juveniles, centros de salud y el Asilo. A pocos metros del Carrillo se encuentra el Asilo de Ancianos. Una empleada de ese lugar aseguró que cuando hay escasez es un verdadero problema porque no se puede higienizar correctamente a los residentes y además no tienen para tomar teniendo en cuenta que necesitan consumir mucha agua. Si bien esta tarde había agua, durante el fin de semana no hubo.

Bravo confirmó que el agua que acarrean no es potable. En tal sentido, indicó que la extraen de la red de Obras Sanitarias pero ingresan a los tanques y se mezcla con aditivos “retardantes” de la acción del fuego. “Deja de ser potable una vez que sale del tanque del autobomba”, explicó. Bravo indicó que sirve para lavar lo ropa o para bañarse.

El verano, que comenzó hace menos de dos días, es sin dudas más sofocante que el anterior. Una ola de calor que no da tregua desde hace varios días ha generado la intervención constante de los Bomberos en diferentes lugares. En cambio, durante el verano pasado sólo debieron acudir a dos o tres barrios donde se caía la presión de agua en horas diurnas, reestableciéndose durante la noche. “Ahora no estamos teniendo de continuo”, señaló.

Desde la semana pasada, debido a la ola de calor, la ciudad se encuentra en Emergencia Hídrica. En consecuencia, se prohíbe el lavado de veredas únicamente, sólo en ciertos días con baldes, quedando expresamente prohibido el uso de mangueras para tal fin, el desagote y llenado de piletas y piletines, el riego de calles, lavado de automotores y de frentes no autorizados, la limpieza de tanques y/o cisternas no autorizados y todo derroche o volcamiento de agua a la vía pública. Sólo se autoriza el riego de plantas y jardines públicos y privados todos los días en el horario de 23 a 5.

El jueves pasado, el coordinador operativo de Obras Sanitarias, Alejandro Bessone, señaló que la falta de agua se manifiesta en lugares como el barrio Pierresteguy y otras zonas del noroeste de la ciudad al igual que en cercanías de la cárcel y el sanatorio Garat. La solución definitiva es la ampliación de la planta de agua y un nuevo anillado pero el proyecto hace un año que está en el Banco Mundial. Una alternativa es la perforación de nuevos pozos pero aún se debe contratar a una empresa que estudie el lugar adecuado donde excavar. Por lo pronto, sólo queda declarar la emergencia hídrica y apelar a los vecinos que no derrochen lavando veredas, autos o llenando piletines. En tanto, la planta bombea cerca de 500 litros diarios por habitante promedio pero muchos reciben muy poco.

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