La mañana del 13 de abril de 2005, a las 12 del mediodía, un centenar de vecinos caminaron rodeando el hospital Felipe Heras y luego cantaron el himno en el estacionamiento. La actividad fue denominada “abrazo solidario” y la intención era evitar que la institución se transforme en un centro de salud debido a que varios servicios iban a ser trasladados al Masvernat. José Costen, delegado de ATE y uno de los impulsores de la marcha, recordó que se veían venir el cierre del hospital como tal. “Se iba a desguazar totalmente e iba a quedar la guardia y algunos consultorios”, dijo.
En el Masvernat, una estadística sobre el total de atenciones en consultorios externos, guardia e internaciones de enero a abril de este año arrojó que cerca de 61.100 pacientes fueron atendidos. Si se mantienen estas cifras durante los ocho meses restantes, se deduce que cerca de 180.000 personas serán atendidas durante 2014. El Heras no está tan lejos. Según la directora, 100.000 pacientes fueron atendidos durante todo el 2013. O sea, aproximadamente el 55 % de la población que asiste al Masvernat.
No obstante, si se hubiesen cerrado todos los servicios como se planeaba hace nueve años, nunca hubiese podido ser atendida ese contingente de pacientes.
Justamente, el objetivo de la marcha en 2005 fue que el hospital “no termine cerrando”, dijo Costen. “Había malestar porque la Zona Sur quedaba desmantelada”, mencionó. El delegado recordó a quienes lo acompañaron en la organización del abrazo, Luis Moreira, Luis Solari, Rosario Costen, Estela “Teté” Rivero, el cura párroco Andrés Servín etc. “Veíamos que esto prácticamente era el cierre”, señaló. En ese momento, el ministro de Salud era Gustavo Bordet, quien se reunió con los integrantes de la comisión y así se frenó el cierre.
No obstante, muchos servicios fueron trasladados y no volvieron, dejando tras de sí espacios vacíos en la centenaria estructura. Costen admitió que es “medio imposible” volver a tener terapia o quirófano pero se pueden ocupar esos lugares con nuevos servicios como un centro de recuperación. “No sé si este gobierno lo va a hacer. Sabemos que el año que viene hay elecciones pero si hubiere mayores partidas se puede hacer mucho más para mejorar”, dijo.
Uno de los pabellones sin uso es el de la antigua maternidad. Se trata de una sala de 50 metros de largo por 30 de ancho donde había 50 camas. En la actualidad, en algunos sectores de las paredes se ha caído revoque y azulejos, la sala está desierta excepto por dos camas sin colchón en desuso, y el piso cubierto por polvo, tierra, y estiércol de pájaros.
“Hay muchas cosas para hacer pero acá hay proyectos que nunca se terminan. Que ni empiezan”, señaló Costen. “Los recursos llegan a cuentagotas. Es poco lo que se ha hecho y no por culpa de los directores”, añadió. Y apuntó a las autoridades del Ministerio de Salud. Según Costen, desde que se reinauguró Salud Mental ningún funcionario visitó el nosocomio. “Ellos han venido, han visto como está el hospital y sino han querido mejorarlo es porque no han querido”, indicó. El delegado rescató la tarea de la cooperadora del nosocomio para juntar fondos. “En los consultorios externos se caían los pedazos de mampostería y se revistió todo”, manifestó.
Costen sostuvo que hay filtraciones en los techos en distintos sectores. “Hay algo pero no mucho; se fue mejorando. Acá en Farmacia hay pero no mucho; date cuenta que este hospital tiene casi 100 años”, indicó.
Respecto de los recursos humanos, el delegado de ATE recordó que en su momento lograron aumentar el número de médicos en la guardia de uno a dos. “Si había un solo médico y tenía que hacer un traslado, quedaba al descubierto la guardia o pasaba cualquier problema en la sala y no había médicos. Fue una lucha pero sino hubiéramos hecho eso, hoy sería un centro de salud”, reiteró.
Para Mantenimiento hay una partida de $ 600.000 mensuales. No es poco el dinero pero Costen sostuvo que se priorizan otros gastos como la compra de remedios. “Yo he hablado con algunos directores que para Mantenimiento tiene que hacer algunos porcentajes pero no lo hacen porque tienen que gastar en medicamentos y el mantenimiento va quedando. Tenés que arreglarte con la plata que va quedando”, argumentó el delegado. Por su parte, la directora del Heras, Graciela Chiappas, sostiene que no alcanza. “Pero nosotros lo hacemos alcanzar. Es nuestra obligación hacerlo. Estamos con los números justos”.
El Heras se mantiene en pie gracias a “la nobleza de su arquitectura”. Recorriendo el nosocomio, Chiapas señala las paredes y destaca el espesor de las mismas: 45 cm. “Era bueno lo que se construía, excelente la calidad”, manifestó.
Cuando asumió, diciembre de 2012, se comprometió a mejorar la calidad y la atención al paciente. “En esa mejoría que pretendo hacer, obviamente está la infraestructura”, aclaró. Chiapas indicó que ha podido realizar algunas pero no todas las que se propuso. “A veces los fondos no alcanzan”, admitió.
El Heras, en el imaginario social, sólo atiende a los concordienses que viven en la zona sur. De hecho es así porque los centros de salud más cercanos son la Asistencia Pública y el Caminal. “El hospital funciona como un centro de salud pero también con servicios propios como oftalmología, odontología, neumotisiología, infectología, salud mental, consultorios externos con casi todas las especialidades y clínica médica”, dijo la directora. No obstante, Chiapas dijo que también se atienden pacientes de toda la ciudad y zonas aledañas.
“Falta en general solucionar problema de techos y humedades”, dijo la directora. Si ir más lejos, en la pared ubicada detrás de su escritorio se cae la pintura por efecto de la humedad. La lista de refacciones que se deben realizar es amplia y abarca el servicio de Infectología, Cocina (“parece que el dinero viene este mes”, acotó), la antigua Maternidad.
Respecto de la antigua Maternidad (foto), Chiapas dijo que planea establecer allí un nuevo servicio: rehabilitación de pacientes neurológicos. La semana pasada se realizó una capacitación que estuvo a cargo de la Comisión Nacional de Discapacidad. “Hable con ellos y lo aprobaron. Estamos trabajando en un equipo interdisciplinario de rehabilitación con terapistas ocupacionales, nutricionistas, psicólogos, neurólogos, musicoterapeutas. “Tengo los planos y cuando tengamos todo cerrado lo vamos a presentar en sociedad. La plata viene desde Nación. Creo que va a ser el único en toda la costa del Uruguay de un nivel de complejidad 2. No sé si vamos a llegar a rehabilitar al paciente neurocrítico pero nos vamos a estar acercando bastante. Hoy por hoy, esa gente no tiene rehabilitación”, indicó Chiapas.
La refacción de oftalmología comenzó en la gestión anterior del director anterior y se terminó en la actual. Se trasladó la clínica oftalmológica y se planea abrir un quirófano debido a que los pacientes que necesitan una intervención son derivados a Paraná y hospitales de otras ciudades. “Es una necesidad muy grande”, indicó.
La refacción de Salud Mental se reinauguró hace pocos meses pero es una obra que “quedó con muchos problemas”. Si bien se solucionaron algunos, quedaron otros. Además se mejoraron los sectores donde funcionan Kinesiología, Neumotisiología, Clínica Médica y Odontología.
Por último, Chiapas recuerda haber escuchado que se iba a cerrar el hospital y recordó el movimiento que hicieron los empleados para que no suceda. “Hubiera sido un grave error”, indicó. Apoyándose en las argumentaciones de algunos efectores privados, admitió que se han ido perdiendo camas de internación. “Es cierto eso en los privados de lo que había años atrás. Esas camas se han cerrado y no se han repuesto y la población ha crecido y la zona de influencia es demasiado grande. Todavía tenemos un faltante de camas muy importante”, argumentó.