Un congreso con voto dividido

Zampedri explicó que no dan a conocer los departamentos que decidieron aceptar, excepto que esos departamentos decidan hacer pública esa información. Luego explicó que los congresos tienen representantes de los 17 departamentos de la provincia pero no es un solo voto por cada uno. “No se cuentan departamentos. Se cuentan congresales que respetan los mandatos departamentales: no vota cada cual lo que quiere”, dijo. En realidad, votan un número de congresales proporcional a la cantidad de afiliados que tenga ese departamento. En total, hay 126 congresales. Hay departamentos grandes que son representados por 22 congresales, otros medianos por 12 congresales y otros chicos por tres.  

En las votaciones se respetan los mandatos de las asambleas departamentales, que a su vez son definidos por las asambleas escolares. “Si un departamento vota aceptar, los 13 congresales de ese departamento votan aceptar aunque representen a diferentes espacios agrupacionales dentro de Agmer”, señaló.

Más adelante, el secretario gremial explicó que una de los motivos del rechazo fue, además de declara insuficiente la propuesta, fue la extensión de los tramos. Por ello, se reclama que se acorten los mismos y que se incorpore una clausula de revisión.

Por otra parte, Zampedri dijo que se observa claramente una dificultad con el proceso de vacunación en general y en los trabajadores de la educación especialmente. “El proceso viene más lento de lo que se preanunciaba hace un tiempo atrás”, dijo. “Entendemos que es responsabilidad de los países productores de la vacuna que no se distribuyen equitativamente a todos los países del mundo sino que monopolizan compras siderales de vacunas en los países imperialistas y los países periféricos como la Argentina tienen un problema muy grande con la provisión de vacunas. Más allá de los esfuerzos que haga el Estado Nacional en tratar de conseguir la mayor cantidad de dosis posibles”, señaló.

“Estamos atentos y enormemente preocupados porque creemos que la segunda ola está iniciándose y es un problema para la población en general y ara los trabajadores de la educación”, señaló. Zampedri recordó que, a principios de año, se pusieron como meta volver a las escuelas porque no se puede resistir otro año sin presencialidad en las aulas. “La relación pedagógica maestro-estudiante no se puede reemplazar por ninguna virtualidad”, señaló.

Pero, para ello, deben darse las condiciones adecuadas de trabajo en diversos ítems como la bioseguridad, entre otros. “Vamos a monitorear cómo evoluciona la pandemia y si la cosa se complejiza con esta segunda ola, claramente el Agmer tomará una postura respecto a la presencialidad”, señaló.  El objetivo central del gremio es la preservación de la vida de los trabajadores de la educación, de los estudiantes y de las familias de educadores y educando. “Y de la sociedad en pleno porque el sistema educativo moviliza una enorme cantidad de personas y en un escenario de una segunda ola virulenta potencia el riesgo de contagios y de casos graves y de muerte por una cuestion estadística”, remarcó. “Día a día monitoreamos cómo evoluciona la pandemia y si tenemos que fijar un posicionamiento, fijaremos un posicionamiento con claridad”, arguyó.

En tanto, Niz señaló que están pidiendo que se conforme un observatorio para analizar cómo se desarrolla el retorno a la presencialidad y, dentro del mismo, que se monitoree la aplicación de la vacuna. Hasta el momento, solo los docentes pertenecientes a la Educación Especial la han recibido y los de Primaria de Nivel Inicial (Jardín Maternal y salas de 4 y 5 años).  “Ya tendrían que estar empezando los de Primaria Primer Ciclo (1°, 2° y 3° grado) y Segundo Ciclo (4°, 5° y 6 grado). Después vendría Secundaria y Superior”, señaló.

“Tendrían que estar empezando la primaria: los supervisores pidieron las planillas a los equipos directivos de los docentes que están activos desde la virtualidad y desde la presencialidad que no estén vacunados”, dijo Niz.

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