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Ayer, en la pista central de Palermo, se ofició la tradicional misa de campo organizada por Misiones Rurales Argentinas, con el lema «Unidos en la verdad, la justicia y la paz».
El altar, sobre fardos de pasto, estaba ornado con algodón, tabaco y soja del Norte, trigo y maíz de la pampa húmeda y uvas de Mendoza, además de artesanías en lana de oveja, llama y alpaca. Al costado había ovejas, caballos, vacas, llamas, gallinas y conejos.
Leyeron las intenciones dos maestras que fueron distinguidas: Ivana Domínguez, directora de la escuela 92, de la precordillera de San Juan; María Alejandra Zeballos de Mammarelli, directora de la escuela rural 642, de San Cristóbal, Santa Fe, y la hermana Adriana Moreno, misionera en Río Negro.
«¡Qué lindo ver tanta gente!», dijo la presidenta de Misiones Rurales, Cristina Yofre de Solanet, que reafirmó el compromiso de la entidad, que celebra 70 años, con la maestra y la familia rural.
Luciano Miguens leyó una epístola, que decía: «Vengan todos los sedientos y hambrientos, aunque no tengan dinero». El Evangelio del día hablaba de la multiplicación de panes y peces.
El sacerdote Julián Gordo, salesiano de Esquel, dijo que fue «el relato de la multiplicación de la generosidad de los discípulos, abiertos a la misericordia de Jesús y a su pedido de colaboración aun desde la pobreza personal y estructural». Y concluyó: «El señor abre su mano y nos colma de sus bienes».
Asistieron el vicepresidente de la Rural, Hugo Luis Biolcati, y los ex presidentes Guillermo Alchouron, Horacio Gutiérrez, Enrique Crotto y Eduardo de Zavalía. Al final se cantó «Cristo Jesús, en ti la patria espera».