En el Carrefour del centro se formaban largas filas de clientes frente a las cajas. “Ya ves, hay dos carros sin ocupar de los 50 que tenemos; los changuitos hay que ir a juntarlos a cada rato”, dijo un empleado de seguridad privada quien, para más datos, añadió que el movimiento de hoy fue “impresionante”. “El otro día (viernes pasado) pasó lo mismo”, expresó. “Quizás es por la Feria de Frescos o porque cobraron el salario pero está lleno desde temprano y no para”, mencionó.
A la salida del Carrefour, varias personas consultadas indicaron que desconocían que hoy estaba programado el segundo apagón de consumo. Entre ellas Eugenia, una jubilada, quien el viernes sí pasado adhirió a la medida. Pero hoy no sabía y se había enterado de que había aceite “Natura” a precio accesible. “Pero ahora no me había enterado porque no tengo el canal de Concordia, tengo Directv”, intentó explicar. De haber sabido, no hubiese concurrido. “Porque de hecho no había venido”, manifestó.
Para Eugenia, las protestas son válidas. “Alguna vez nos tienen que escuchar porque el dinero se va devaluando y la gente se va quedando si nada. Vos cruzás acá nomás el río y ya sabés que no te sirve”, dijo en referencia a la diferencia cambiaria con el peso uruguayo.
“Cada vez se gasta más, yo gasté $ 100 y no compré ni la carne ni las verduras. Las compro en el barrio porque acá es una estafa: $ 70 te cuesta un kilo de carne y un tomate $ 20 cuando lo comprás en el barrio a $ 8. Estoy tratando de comprar menos con la tarjeta de ellos para dejarlo porque no es bueno porque te usan”, dijo. Y al mismo tiempo, reclamó más solidaridad de la gente a la hora de reclamar en conjunto. “No somos solidarios como en otros lados que protestan para que nos escuchen”, dijo la jubilada.
Lo mismo alegó Élida, una ama de casa, cuando fue consultada saliendo con una bolsa del supermercado: no sabía nada. “Yo vine a comprar poquitas cosas, el aceite Natura que está un poquito más barato que en otros lados. La leche que está mas barata acá que en el barrio. No compro en cantidad, voy comprando un poquito en cada lado. La verdad es que el otro día conversaba con mi hija de que habría que juntarse todos y hacer una protesta porque la verdad es que los precios es un desastre”, dijo.
“Cada vez más caro: el azúcar a $ 10”, señaló dando un ejemplo. La mujer no tiene inconvenientes en salir a caminar a la hora de buscar precios. “Yo no compro donde está muy caro: no, no compro, me voy y busco en otro lado”. Pero señaló que no tiene demasiado tiempo tampoco para recorrer. O se encuentra con que lo que compró hace poco “cuando lo vas a comprar otra vez, ya subió”.
Pero la ama de casa señaló que la peor parte se la llevan los responsables de familias con chicos menores a cargo. “Es peor porque cuando los chicos son chicos, que la leche, que empiezan la escuela, los útiles, las mochilas, está un desastre de caro. Yo digo porque tengo nietos y veo porque mi hija salió a comprar y compró la mitad de las cosas que tenía que comprar”, dijo. Élida además dijo que los aumentos no sirven porque pierden “el doble” en el supermercado.