El primer indicio surgió durante una asamblea estudiantil que tuvo lugar anteayer en la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales —la unidad académica más poblada, con una matrícula de cinco mil alumnos— donde se hizo público un pedido de aumento de becas estudiantiles, cuando se conoció que ya estaría pronto a salir un despacho favorable de la Coneau. Aunque entonces los alumnos planteaban que la aprobación de la Uader como universidad no sería acompañado con un visto bueno para las licenciaturas, particularmente de Geografía, Historia y Artes Visuales, que vislumbraban “más retrasadas”.
El último pronunciamiento de la Coneau estuvo contenido en la resolución 508, del 4 de diciembre de 2004. Allí, el organismo de control de las universidades observó que la Uader “por segundo año consecutivo, no ha dado cumplimiento a las recomendaciones”, y le recomendó no abrir las inscripciones para el año académico 2004. La medida, que produjo un cimbronazo entre el estudiantado, fue finalmente revista.
Una visita que hizo en 2004 el director de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de la Nación, Juan Carlos Pugliese, abrió una instancia de diálogo, que quedó refrendada en un acta acuerdo que se firmó en febrero del año último, y que contuvo el compromiso del funcionario nacional de “gestionar en forma rápida” la aprobación de 10 licenciaturas.
Pero siguió estando firme esa última resolución de la Coneau que había dicho que la Uader no había cumplido con el plan de actualización y perfeccionamiento docente previsto para el período 2000/2001. Además, calificó a la Facultad de Ciencias de la Seguridad, hoy ya desaparecida, como un “híbrido”.
En el fondo, la Coneau nunca estuvo de acuerdo por la forma cómo la administración Montiel puso a funcionar una Universidad que en sus comienzos tuvo una oferta académica compuesta de 51 carreras y 88 títulos teniendo todos los informes académicos en su contra. “Cabe concluir que el inicio masivo de carreras de grado y posgrado, además de no haber sido informada, se ha realizado sin haber observado que los recursos humanos y los demás factores intervinientes garantizaran la viabilidad de esos dictados con el nivel requerido a una institución universitaria”, había alertado.
Ahora, aquel panorama se tuerce hacia un destino más alentador para la Uader, según lo que pudo establecer EL DIARIO, por cuanto contaría por primera vez con una opinión favorable hacia su funcionamiento, con una puerta que se abre para la aprobación definitiva de las carreras de grado.