La misma fuente no solo habla del trigo sino de los granos en general. De allí surge que en ese mismo mercado a término la suba mensual para la soja es de 6,5% ; girasol 7,8 % y el maíz del 10,5 %.
Lo paradójico es que, el libre mercado al que apuestan los impulsores de la protesta agraria, cuando pretenden que el Estado no regule precios internos y recaude por ganancias extraordinarias a través de la política de retenciones agropecuarias, se les vuelve en contra ahora. Ahora sí piden que el Estado intervenga y denuncie a las exportadoras de cereales que se les quedan con la parte del león.
Es que, según lo manifestado por el flamante ministro de agricultura Julián Domínguez actuará “para defender a pequeños y medianos productores e impedir que la industria cerealera se les quede con el 15 o 20 % por los descuentos del llamado “precio lleno”.