
En tanto, vecinos de la zona y testigos habían declarado hace tres años ante el fiscal de la causa, José Arias, que «nadie tiró piedras o agredió» a la policía, que ésta disparó «a la altura de los hombros» y en al menos dos oportunidades.
Por su parte, el abogado defensor, Rafael Briceño, señaló en aquel momento, según una nota publicada el 12 de septiembre de 2019 en Página 12, que la policía había recibido «insultos de cerca de 12 personas, que comenzaron a tirar piedras poniendo en juego su integridad física» y por eso efectuó «un disparo al suelo».
Toledo, en un principio, fue acusada de homicidio simple por la muerte de Varela. A los pocos días, la justicia de Garantías le había dictado la prisión preventiva domiciliaria por 43 días ya que existía «peligro de entorpecimiento de la investigación». Toledo había quedado bajo la custodia del personal de Gendarmería Nacional y no podía tener contacto con los testigos de la causa.