Las estadísticas marcan que en diciembre de 2012 se labraron 4 multas (0,16 %) por conducir en estado de ebriedad de un total de 2.435 infracciones. En enero de 2013 se labraron 0 actas (0,0 %) de un total de 2.812; en febrero 3 (0,14 %) de 2.109; en marzo 5 (0,17 %) de 2.963; en abril 1 (0,03 %) de 3.785; en junio 2 (0,07 %) de 2.675; en julio 1 (0,03 %) de 3.716; en agosto 4 (0,11 %) de 3.608; en septiembre 4 (0,12 %) de 3.345; en noviembre 3 (0,07 %) de 4.140; en diciembre 1 (0,03 %) de 3.411; en enero de 2014 2 (0.08 %) de 2.476; en febrero 0 (0,0 %) de 1.601; en abril 2 (0,06 %) de 3.559; en mayo 2 (0,06%) de 3.090; en junio 1 (0,04 %) de 2.456; en julio 1 (0,04 %) de 2.353 y en agosto 1 (0,04 %) de 2.849.
En total, durante 18 meses, se labraron 37 actas a conductores en estado de ebriedad. Un promedio de dos por mes. Del total de infracciones realizadas, las efectuadas por ese ítem nunca superan el dígito. El juez de Faltas, Luis Alberto Moix, indicó que los “números no mienten”. “No se han podido detectar grandes porcentajes de este tipo de conductores”, indicó.
El magistrado municipal acotó que las personas que conducen en estado de ebriedad lo hacen en horarios nocturnos. En consecuencia, en horas en que el personal de Tránsito “no es muy numeroso”. “Creo que son temas que tenemos que apuntar a controlar porque representan un peligro para la sociedad entera”, añadió.
“El tema de la conducción en estado de ebriedad muchas veces es un poco al azar”. Y remarcó que se pueden encontrar personas alcoholizadas manejando en los operativos, en forma espontánea. “O cuando la actitud del conductor va generando un andar irregular lo que hace presumir la existencia de un estado de ebriedad”, manifestó.
La multa por conducir en estado de ebriedad es de $ 3.800 e inhabilitación para manejar entre 30 y 90 días. La reincidencia va incrementando tanto la pena pecuniaria como el plazo sin poder subirse al volante de un vehiculo. Pero el juez aseguró no recordar casos de reincidencia.
Más adelante, Moix recalcó que los controles se deben realizar en el trayecto de jóvenes y adolescentes a los boliches, luego de hacer ‘la previa’. “Los pocos controles que se hace se realizan los fines de semana en el horario de los boliches y creo que los controles se deben hacer a la entrada. Es una costumbre de los adolescentes el hacer ‘la previa’ en casas particulares donde ya se comienza a ingerir alcohol”, indicó.
Por ende, en los locales de diversión nocturna, muchas veces quienes toman antes de llegan terminan “totalmente alcoholizados”. “El control tiene que hacerse antes porque quienes tienen un cierto grado de alcohol no se le permite entrar, se le saca el vehículo y así se evitan muchos males mayores”, indicó.
Siguiendo esa línea, el juez explicó que los accidentes más graves se producen cuando hay una persona alcoholizado conduciendo en horas de la madrugada. “Cuando esa persona ya ha pasado su noche de ‘diversión’ y para llegar a un grado de alcoholismo en ese estado tiene que haber empezado un poco más temprano. Si al boliche se va entre las dos y las tres de la mañana, es difícil que una persona logre un estado que no le permita conducir, ya lo trae”, señaló.
Por último, Moix recalcó el carácter ejemplificador del fallo de la jueza de la Cámara Penal Carolina López Bernis. “Por primera vez se dicta un estado de prisión efectiva lo cual evidentemente está marcando una actualización de nuestros jueces a una realidad que está llamando a que se dicten medidas ejemplificadoras porque hay casos donde mataban a una persona y quedaban en libertad condicional”, señaló. “Ha marcado un hito en la justicia de Concordia”, añadió. Paniagua opinó lo mismo. “Esto marca un antes y un después”, dijo.
Para la jueza López Bernis, hubo dos factores fundamentales que sustentaron el fallo. Uno de ellos fue el grado de alcoholismo del conductor del auto, Juan José Aguirre. En la sentencia expresa que fue concluyente un informe practicado por una perito policial quien concluyó en su informe que se detectó la presencia de alcohol con una concentración de 1,56 g/l cuando el máximo permitido es de 0,50 g/l.
Con niveles superiores a 0,8 g/l se acentúan y manifiestan las modificaciones en la visión, alterándose también el campo de visión y la respuesta ante situaciones imprevistas se hace deficiente, aumentando considerablemente el tiempo de reacción y disminuyendo en general los reflejos.
En la actualidad, Aguirre se encuentra en libertad debido a que el fallo no está firme y aún no venció el plazo de apelación a la Cámara de Casación. “Tiene hasta mañana para apelar. Si él no apela mañana, esto queda firme y lo tienen que notificar a mi abogado y lo tienen que meter preso”, indicó la mujer. Pero la apelación ya habría sido presentada a Casación, según pudo averiguar DIARIOJUNIO. “Ellos pueden apelar pero fundamentos no tienen”, opinó Paniagua.
Pista de carreras
Por otra parte, Paniagua aseguró que poco cambió en la zona donde se produjo el accidente, el vallecito del arroyo Ayuí. Los reductores de velocidad que se colocaron ya no existen en dos de los cuatro carriles de circulación.
“Los colectivos de larga distancia pasan volando; los autos es una pista de carreras. Es impresionante”, indicó. De la misma forma, sostuvo que hubo controles de Tránsito solamente durante los días posteriores al accidente de Iara. “En cualquier momento pasa otro accidente. El mío es mal llamado accidente. A mi mataron mi hija, lo mío no fue un accidente. Yo tengo otra hija, tengo sobrina, tengo amigas adolescentes de mi hija y hay que controlar. Tránsito tiene que tomar control sobre esto todos los días”, indicó.
Asimismo, la mujer indicó que hace poco observó a una menor de edad manejando un Peugeot 207. “No habrá tenido más de 16 años. Llamé a Transito y Tránsito nunca me atendió”, indicó.
Por otra parte, Paniagua aseguró que no sólo está preocupada por la inseguridad vial sino por la inseguridad en general. “El otro día le pusieron un cuchillo en la garganta a mi hija para sacarle una cámara de fotos a unos metros de donde yo estaba sentada y la Policía me dijo que no pueden hacer nada porque son menores”, indicó. Por ello, indicó que están organizado en la Asociación de Familiares de Víctimas de Accidentes una marcha contra la inseguridad.
Poco personal y menos elementos
Sergio Leite, delegado del personal de la Dirección de Tránsito, admitió que “no se hacen los controles que tendrían que hacerse”. En ese sentido, señaló que la Dirección cuenta con muy poco personal para controlar el tránsito de la ciudad. En ese sentido, señaló que la guardia nocturna a veces está compuesta por tres o cuatro agentes debido a la falta de personal.
Además dijo que creía que había un solo “alcotest” (alcoholímetro) funcionando. “No sé si tiene pilas”. “Creería que está faltando más ‘alcotest’. Cada vehículo que sale a la calle tendría que tener un alcotest. Cuando tiene un choque o tiene que hacer un procedimiento tiene que tenerlo para hacerlo más rápido”, acotó. En Tránsito hay autos y motos nuevas para salir a la calle. “Vos podés tener un auto pero si adentro del auto no tenés los elementos necesarios…”, reflexionó.
Y admitió que a veces es difícil pedir el test de alcoholemia de noche ya que se sienten “desprotegidos” en los operativos y que a veces no actúan por miedo a represalias. “Nos han pegado, nos han hecho un montón de cosas y todo queda en la nada. Al otro día lo ves al conductor riéndosete en la cara y nadie hace nada y nosotros estamos con un ojo negro”, dijo. Es distinto cuando trabajan en conjunto con la Policía.
Además indicó que ahora la Policía se encarga del trabajo que ellos realizan. Y entiende que eso se debe a que falta “apoyo y elementos” a la Dirección de Tránsito. “Seguimos con lo mismo de hace un montón de años. El único avance ha sido el carnet único que ha sido más una complicación que otra cosa”, dijo.