Trabajadores del Abasto: De cirujas y cartoneros, a recuperadores de residuos urbanos

Informe: Diana Slavkin – Leandro Zorrilla. 

El proyecto es financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a través del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, y es una de las obras más relevantes de la gestión del intendente Enrique Cresto y el gobernador Gustavo Bordet. 

El panorama cambia incluso en el camino que conduce al Nodo Ambiental y atraviesa, entre otros, al Barrio El Silencio, de donde provienen la mayoría de los recolectores. La pavimentación y ensanche de la ruta provincial Nº 4 – también uno de los ingresos a Concordia – sumada a la extensión de redes de cloaca y de agua, cordón cuneta e iluminación realizados en esos barrios, contribuyen al mejoramiento de sus vidas en general.

Una vez adentro fuimos recibidos por Aristeo Giménez, empleado de UDAAPA (Unidad de Desarrollo Ambiental y Administración del Campo del Abasto) y el encargado de explicar y mostrar el funcionamiento de la Planta. Junto a él se encontraban los trabajadores del sector, miembros de la cooperativa MTE (Movimiento de Trabajadores Excluidos) que agrupa a hombres y mujeres que antes trabajaban en el basural a cielo abierto y hoy son parte esencial de la Planta. “Para todos somos cirujas o cartoneros, pero acá nos llaman recuperadores urbanos”, aclara uno de ellos. 

Ex campo del abasto y el Nodo Ambiental

 

De basural a cielo abierto a Centro de Procesamiento y Reciclaje. Inclusión social 

Daniel es un joven de unos 30 años y prácticamente ‘el vocero oficial’ del grupo. En su relato, el hombre resume que «la Planta les cambió la vida», y recuerda que «antes teníamos que revolver toneladas de basura para buscar algo que sirva para comer o vender y veníamos así como estábamos nomás, descalzos, sin protección ni nada. Mis hijos volvían todos lastimados y quien sabe lo que comían”

“Ahora por suerte es un trabajo más formal, con turnos de 4 horas, ropa adecuada y un sueldo fijo para llevarle comida a la familia sin que tengan que venir a cirujear”, resaltó el joven, cuyo testimonio refleja la experiencia de más de 100 hombres y mujeres que dejaron atrás los riegos y las condiciones insalubres del cirujeo en el basural. 

“Tenemos un baño para mujeres y otro para varones, un comedor, podemos tomar mate mientras trabajamos y como las tareas se reparten y cada uno tiene su obligación, su plata y su comida, no nos tenemos pelear”, sonríe. 

Trabajadores y trabajadoras del Ex Cámpo del Abasto y en el Nodo Ambiental

 

El acuerdo de sueldo que los concejales de Cambiemos no aceptan

La planta procesa diariamente entre 70 y 80 toneladas de basura de la zona, el 10-15% se recicla, se vende a compradores en Buenos Aires y la plata que entra de esas ventas es la que dividen entre ellos. También deberían cobrar un dinero extra que les ofreció el intendente Enrique Cresto del programa municipal “Construyendo Trabajo”, que permite el otorgamiento de adicionales con recursos municipales, a beneficiarios del programa nacional “Potenciar”. Pero esto está trabado por que los concejales de Juntos por el Cambio se niegan a firmar el acuerdo. 

“Nosotros fuimos e intentamos hablar con ellos, traerlos a la planta y mostrarles todo el trabajo que hacemos, pero los de Cambiemos no quieren firmar y la verdad es que no sabemos bien por qué”, protestó Daniel, y añadió: «Es una plata que nos sirve y creo que hacemos un buen trabajo. Si al menos vinieran a ver como está todo, capaz cambian de opinión. Pero no quieren», reiteró. 

En ese contexto se escucha desde atrás a una voz femenina, Graciela, otra laburantes de lugar. “Tienen que venir a ver», coincide respecto a los concejales de la oposición.  «Nosotros estamos muy contentos y orgullosos de este logro, porque a la planta la hicimos entre todos», afirma. «Es muy distinto a como era antes, que veníamos con las criaturas a revolver. Agora podemos darle una vida digna a nuestros hijos”, resumió. 

Ex galpón del Campo del Abasto y transofrmación del Nodo Ambiental

 

“Es más de lo que soñamos. Es lo que nos corresponde” 

Además del relleno sanitario, el complejo de procesamiento y reciclaje, las dependencias administrativas, los circuitos de acceso y desplazamiento de vehículos, los paneles solares para la generación de energía, la iluminación led, los servicios sanitarios y las nuevas máquinas y camiones que operan en el predio, el proyecto contempla la creación de una guardería para que los hijos de los trabajadores puedan estar allí mientras no estén escolarizados. Sin dudas… otros de los avances en materia de inclusión.

Finalmente, entre ruidos de máquinas y el murmullo de los compañeros, se asoma Federico. Con pocas palabras y apenas perceptibles, resume todo eso que  implica la inclusión social:  “Es mucho más de lo que soñábamos. Es lo que nos corresponde”, concluyó. 

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