Durante la jornada expondrán trabajadores de la represa de Yacyretá y de Atucha. “Están ahí, a confirmar. Ellos saben de la movida nuestra porque esto empieza acá y muy probablemente lo continuemos en la Secretaría de Energía y en la Cancillería”, expresó.
“Si contamos desde agosto de 2007 a agosto de 2008 son tres compañeros. Estos se suma a la otra lista que, si bien no tenemos datos precisos, son unos cuantos”, dijo López. Consultado sobre las posibles razones de los casos repetidos por las que se repite la enfermedad en el personal, López sostuvo que, junto con 90 personas, trabajan en una “caja de asbesto”.
Según el sitio web wilkipedia, se sabe que respirar asbesto (un grupo de minerales metamórficos fibrosos) puede aumentar el riesgo de cáncer en seres humanos. Hay dos tipos de cáncer producidos por exposición al asbesto: cáncer de pulmón y mesotelioma. El mesotelioma es un cáncer de la pleura o del tejido que envuelve la cavidad abdominal. La enfermedad no aparece inmediatamente, sino que se manifiesta después de varios años. Los estudios en trabajadores sugieren también que respirar asbesto puede aumentar las posibilidades de contraer cáncer en otras partes del cuerpo (estómago, intestino, esófago, páncreas y los riñones), aunque esto es más incierto.
“Relaciones Públicas Argentina trabaja dentro de asbesto y, paradoja del destino, si nos descomponemos o nos enfermamos, nos llevan a la enfermería que está hecha de asbesto”, expresó. López sostuvo que los edificios datan de la época de la construcción y tenían que haber sido utilizados tres o cuatro años para después, en teoría, proceder a su desarme. “Pero pasó el tiempo, fueron acondicionándolos, ampliándolos haciéndoles reformas con nosotros adentro, cortando las planchas de asbesto. Y bueno, hemos tenido los cánceres en las distintas formas que se pueden manifestar”, señaló.
Además, aseguró que los campos electromagnéticos “en parte tienen la culpa” porque hubo empleados que murieron “por lo que dicen que producen el campo electromagnético; cáncer de cerebelo”. Uno de ellos fue el caso de un empleado: “muy conocido por nosotros, el Chivito Castelli, que trabajaba en la central, y un compañero uruguayo que también trabajó en la central mucho tiempo”.
En 2006, los empleados decidieron realizar un quite de colaboración de una hora diaria durante una semana entera. “En ese momento se nos prometió que iban a hacer un edificio. Nos llamaron las dos delegaciones, llamaron licitación pero nos encontramos con lo que querían construir: un edificio emblemático sobre el Lago, arriba del puente internacional. Era un edificio volado sobre el agua que costaba no sé cuantos millones de dólares”, recordó el vocal de Siatrasag.
Debido a que la delegación uruguaya se opuso, “quedó todo ahí y se anuló la licitación”. Ahora se realizó un nuevo llamado a licitación por dos edificios, uno en cada margen. “Está marchando el llamado a licitación y la dirección de obra, cuesta medio millón de dólares. Todavía tiene que venir el proyecto y la aprobación, calculale dos años largos”, expresó López.