Trabajadores de ATE y sindicato denuncian el desmantelamiento del hospital Santa Rosa

La modalidad de protesta se inscribe en el contexto de las asambleas que los trabajadores del hospital Santa Rosa vienen realizando en defensa del hospital público, de las fuentes de trabajo, de las condiciones de bioseguridad y por el pago del arancelamiento hospitalario en tiempo y forma, entre otras demandas. La actividad se realizó ayer y participaron integrantes de la Consejo Directivo Provincial (CDP) de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE).

Esto deriva en el crecimiento del índice de derivaciones al hospital Delicia Concepción Masvernat de Concordia o al San Martín de Paraná por la carencia de servicios.

Los trabajadores advirtieron que se está desmantelando el hospital y cuestionaron al director del nosocomio por la falta de respuestas. Incluso indicaron que el ministro de Salud Hugo Cettour está al tanto de la situación. Entre otras denuncias que se hicieron públicas a través de la radio abierta se destacó el interés meramente personal de las autoridades del nosocomio y el “apriete” a los trabajadores suplentes que participan de las asambleas.

Entre los cuestionamientos que se vienen puntualizando, se enumeró que la caldera del lavadero no funciona al igual que un lavarropas de grandes dimensiones. “Los compañeros del lavadero deben acarrear al hombro toda la ropa que se cambia a diario por los distintos servicios porque no funciona el montacargas desde hace muchos meses”, expresó en declaraciones a DIARIOJUNIO Osvaldo Blanco, secretario de finanzas de ATE.

Blanco formó parte de la radio abierta junto a Miguel Pelandino y Luis Gálligo, secretarios generales de ATE y de la Central de Trabajadores Argentinos de Entre Ríos, respectivamente.

Blanco precisó que la decisión de reclamar se basó en la defensa del hospital público, de las fuentes de trabajo y de las condiciones de bioseguridad, puntos por los que los trabajadores se encuentran en estado de asamblea permanente.

Los trabajadores vienen solicitando la intervención del Ministerio de Trabajo para que lleve a cabo un relevamiento y observe las condiciones en las que se prestan los servicios. En ese sentido, Blanco cuestionó que las condiciones de bioseguridad “están atentando contra su propia vida (de los trabajadores)”.

El dirigente señaló que los trabajadores no pueden ducharse y cambiarse por lo que regresan a sus domicilios con la misma indumentaria que usaron en el hospital, con el riego de trasladar en ella virus o gérmenes patógenos.

Entre otros de los trastornos que se resuelve a pura voluntad –si no el servicio se vería muy resentido o prácticamente no se podría prestar– los trabajadores trasladan a mano y en camillas, en un edificio que cuenta con tres pisos y subsuelo, el cuerpo de los fallecidos porque el ascensor no funciona. Cuando un paciente fallece, debe ser sacado por otra ala que cuenta con un elevador, por lo que hay que recorrer 200 metros, hasta la morgue, llevando a pulso la camilla. “Los días de lluvia se tienen que tapar con plásticos porque el familiar acompaña al camillero”, criticó Blanco.

Blanco señaló que no está de acuerdo en la posibilidad de que se construya un hospital nuevo ya que sería una opción muy cara; se debe invertir utilizando el edificio actual, aprovechando el ahorro en la incorporación de tecnología de avanzada.

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