TODO PATAS PARA ARRIBA
La historia de la humanidad nos relata que quienes se rebelaban contra el poder de turno eran los pueblos que, cansados de injusticias se levantaban contra el poder constituido.
Ocurrió así en la Revolución francesa de 1789, cuando el pueblo se levantó para proclamar la “libertad, igualdad y fraternidad” ; un hecho similar ocurrió contra el zarismo ruso que derivó en la primera revolución socialista.
O lo ocurrido en un lugar más cercano como Cuba, cuando un pequeño grupo de militantes comandados por Fidel Castro derrocó en 1959 al dictador Batista.
En fin, los ejemplos abundan de pueblos que se levantaban contra el poder constituido, siempre en manos de dictadores y asesinos que explotaban y reprimían a sus pueblos.
Ahora NO, ahora resulta que quienes convocan a la rebelión son los que oprimen al pueblo. Es como si Luis XVI, o Nicolás II, el último de los zares rusos o don Fulgencio, nos mandaran a hacerle lío a los revolucionarios franceses o el Zar contara con el apoyo suficiente para voltear a los bolcheviques.
En todos esos procesos revolucionarios participaron las clases medias, obreros, campesinos y todos aquellos que pretendían vivir en un mundo mejor y cada vez que ganaron, no volvían para atrás.
¿Ahora sí estamos volviendo para atrás ?; acaso estamos dispuestos a negar los logros de la democracia, de la libertad sin perjudicar al otro, ahora sí queremos pasarla mal, dejar que los ricos sean cada vez más ricos y el resto cada vez más pobres ?
LOS RICOS AHORA CONDUCEN A LOS POBRES
O sea, todo al revés, todo patas para arriba. Hoy, resulta que los dueños y herederos de las más grandes extensiones de tierra, en otra época calificados despectivamente como oligarcas, comandaron a pequeños y medianos campesinos para que le hagan la guerra a un gobierno que les permitió ganar fortunas que luego fueron perdiendo con el candidato que prefirieron.
Todo al revés, los delincuentes contrabandistas y fugadores de divisas dueños de Vicentín, hicieron posible que una muchedumbre salga a defenderlos de un gobierno que intentaba que los dueños de esa empresa no siguieran jodiendo gente, campesinos y productores que habían sido estafados ; obreros que quedaban a la deriva y lo más significativo de todo, permitirles que incumplan su deuda con el banco nación y que todos tengamos que pagar los miles de millones que ellos no.
Bien patas para arriba todo. Hace poco más de un año el pueblo decidió luchar para impedir que Macri, que durante 4 años empeoró la situación de millones de argentinos, se fuera, para lo cual votó a Alberto Fernández. Pero resulta que ahora, el presidente votado por casi el 50 % de los ciudadanos no puede gobernar porque la CSJ le niega el derecho constitucional de emitir Decretos y tomar las decisiones políticas que le son propias.
Tan patas para arriba que en este fallo en el que también intervino el Procurador Casal, se afirma sin rubor que “que el decisorio nacional es inconstitucional por haber sido dictado sin necesidad”. O sea, ellos deciden y NO el presidente cuándo hay necesidad
El juez Ricardo Lorenzeti llega a sostener que “El Estado no puede sustituir a las personas en las decisiones correspondientes a su esfera individual”. Como si proteger a una comunidad no está por encima de los derechos individuales cuando estos pueden atentar contra el conjunto. Demasiado para seguir soportándolo.
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LO QUE DIJO EL PRESIDENTE ANTE ESTE FALLO
La impotencia social ante este fallo, de los millones de argentinos que valoran la democracia, no debería ser minimizada por los poderosos que, a esta altura deben estar convencidos que el pueblo no hará nada, pues ya está anestesiado.
Lo piensan así pues interpretan en su real dimensión los episodios contados aquí y las palabras del presidente.
El Presidente se sintió «apenado» por la «decrepitud del derecho convertido en sentencias» que le quitó autoridad para decidir como presidente que lo mejor para el pueblo es que por 2 semanas no haya presencialidad en las escuelas, y evitar así la propagación de contagios con el Covid-19. Solo 4 personas a las que no solo NO VOTO nadie, sino que son mal consideradas por la inmensa mayoría de la población, se dan el lujo de decidir como si tuvieran más poder que Fernández.
Y la tristeza y pena del presidente devenía de esto que lo explicitó así : «Hay un virus que el ojo humano no ve pero que ataca de modo impiadoso no solamente la salud, sino también la vida y la economía de nuestros pueblos. Ese es el verdadero enemigo que tenemos. Nada de lo que hacemos lo hacemos para complicarle la vida a nadie. Lo hacemos para preservar la salud y la vida de nuestra gente. Y contra eso, dicten las sentencias que quieran, vamos a hacer lo que debemos«, puntualizó Alberto Fernández casi resignado y volviendo a poner la otra mejilla. ¿Hasta cuando?
CRISTINA LO DIJO ASI….
En uno de los tantos twitt la Vicepresidenta, Cristina Fernández se preguntó irónica, “si para poder gobernar no habrá que concursar para acceder a un cargo en el Poder Judicial”.
Y agregó : «Sinceramente, está muy claro que los golpes contra las instituciones democráticas elegidas por el voto popular, ya no son como antaño«.
Corolario de todo esto debería ser pensar que a situaciones diferentes corresponden también respuestas diferentes y que, quizá, el pueblo cansado ya de poner la mejilla, aplauda y se banque un puñetazo contra la mesa.
No lo se, hay que ponerse en los zapatos de Fernández pero quizá habría que probar antes que la gente se vaya creyendo esto de que “todos son iguales”
