Tito Paoletti, un periodista que conjugó rigor informativo con la defensa de los derechos humanos

"El gordo era un tipo alegre, divertido y vehemente que se acercó al periodismo desde un compromiso político", evocó en diálogo con Télam el periodista Guillermo Alfieri, autor de "El Libro de Alipio Tito Paoletti" (2008), una biografía sobre el mentor de El Independiente.

Y al respecto, detalló: "Tito llegó a La Rioja después de un viaje que hizo conmigo. Como tenía parientes se quedó, conoció a Lilita Antochi, que después sería su mujer, y con apenas 23 años fundó el diario".   

El Independiente surgió en 1960 producto de una sociedad denominada Editorial Norte, que integraban el propio Paoletti, su hermano Mario, el abogado Ricardo Mercado Luna y el periodista Daniel Moyano.

El diario tuvo una línea editorial muy crítica con respecto al golpe que derrocó al presidente Arturo Illia, y Paoletti, a pesar de su ateísmo, trabó además una estrecha amistad con el obispo Enrique Angelelli, cuando el religioso llegó a La Rioja trasladado desde Córdoba.

En 1971, y tras una reunión en la que se festejaba el onceavo aniversario de Editorial Norte, Paoletti anunció que El Independiente se convertía en una cooperativa.

"La decisión de formar la cooperativa no se tomó de un día para el otro. Resultó un proceso consensuado y discutido entre los periodistas, los editores y los empleados. Lo hicimos así por nuestras convicciones", repasó Alfieri, que hoy vive en Paraná.

Como empresa social, el diario lideró el mercado periodístico local, se consolidó como un proyecto económico viable y llegó incluso a financiar la construcción de un barrio para sus empleados en las afueras de la capital riojana.

En marzo de 1973, y con motivo de las elecciones presidenciales que ganó Héctor Cámpora, El Independiente llegó a vender más de 14 mil ejemplares en una ciudad habitada por 70 mil personas.

Un año antes de la asunción como gobernador de Carlos Menem, en la provincia se fundó el diario El Sol, con el objetivo de contrarrestar a El Independiente y mermar la creciente influencia de Angelleli, un sacerdote comprometido con la opción por los pobres.

Propiedad del empresario Tomás Alvarez Saavedra, y dirigido por el ex senador Eduardo Menem, desde El Sol se calificaba al obispo como "Sataneli" y de "Gordo terrorista" al director de El Independiente.

"Alvarez Saavedra era dueño de un casino y lo que nosotros hacíamos le molestaba mucho. Ese diario se hacía con gente de la revista Cabildo. Varias veces nos clausuraron, pero nunca dejamos de salir a la calle", sostuvo Alfieri.

A pesar de las dificultades, Paoletti se mantuvo firme en la decisión de defender el proyecto cooperativo, que sólo la dictadura vino a interrumpir, el 24 de marzo de 1976.

El golpe de Estado sorprendió a "Tito" en Buenos Aires, y por eso logró que no lo detuvieran junto a todo el personal del diario en el marco de un allanamiento que realizaron los militares.

Para recuperar la libertad, los trabajadores detenidos de El Independiente fueron obligados a renunciar a la cooperativa en un documento en el que la firma de Alipio apareció falsificada.

Tras vivir un año en la clandestinidad, "el Gordo" se exilió en España y volvió en 1984, intentó recuperar su lugar en la cooperativa, pero lo acusaron de "abandono de servicio", dando por válida la maniobra urdida por la dictadura cívico militar.

Paoletti volvió a Buenos Aires y se vinculó con el diario La Voz, la revista Crisis, y colaboró activamente con la Asociación Madres de Plaza de Mayo, trabajando en el periódico de esa asociación hasta que la muerte lo alcanzó en diciembre de 1986, cuando tenía 50 años.  

"Tito" falleció envuelto en una gran tristeza por la sanción de la Ley de Punto Final y por haber perdido ese proyecto colectivo que fue El Independiente", afirmó Alfieri.

La apropiación de El Independiente es investigada actualmente en un Juzgado Federal de La Rioja como parte de un caso de lesa humanidad, en el marco de una denuncia presentada por Plutarco Schaller, ex detenido desaparecido y antiguo integrante de la cooperativa.  

"Alipio vivió toda su vida entregada a sus ideales de justicia y solidaridad. Se vinculó al periodismo desde los valores y el compromiso con la veracidad. Sin dudas, honró la profesión y en este día vale la pena recordarlo", enfatizó su biógrafo y compañero.

Entradas relacionadas