TESTIMONIOS DE LOS PESCADORES
Fabio Alejandro Galli y Dario Lezcano, tercera generación de familias de pescadores.
“TODOS LOS INTEGRANTES DE LA COOPERATIVA FORMAMOS UNA FAMILIA”
Fabio Alejandro Galli, alias Yaka : “Yo viví toda la vida del rio y sufrí mucho, y no quiero que nadie lo vuelva a hacer.
En el río trabajamos de lunes a sábados, andamos por Yeruá, Arrojo Grande, Nueva Escocia y Benito Legerén. Tenemos bote y motor, por día la jornada es de 15 kilos de pescado, por ahí hay y por ahí no hay.
Yo tendré mucha trayectoria en el río, mucha experiencia, pero llegué a la conclusión que solo no va. Entonces tenes más apoyos de instituciones. La unión hace la fuerza.
En la Cooperativa somos 13 pescadores, de familias de pescadores, y por ahí, le damos la mano a algún chico que recién empieza y no queremos que ande en la calle, entonces tiene una ocupación. Yo, soy pescador de toda la vida, somos la tercera generación de pescadores.
Ahora se está mejorando cada vez más, se le está buscando la vuelta para que cada día sea mejor, gracias al agregado de valor, el trabajo que le agregamos al pescado.
Antes se usaba mucho la palanca que se llamaba rematador después a eso le invadió el acopiador, que fue quien nos arruinó un poco la vida, por así decirlo, y ahora tratamos de zafar , buscarle la vuelta de tratar de comercializarlo nosotros mismos.
El problema de acopiador es que el que ponía el precio era él, y eso fue así hasta hace ocho meses.
Nosotros siempre tuvimos el oficio, la herramienta de que sabíamos trabajar con el rio, lo hicimos de toda la vida pero nos faltaba aquella persona que se encargue de encaminarnos un poquito, fueron muchas capacitaciones, reuniones, charlas informativas
Gracias a que hemos aprendido el oficio de trabajar el pescado, eso compensa el día que no sacas.
El motocarro es una cosa muy importante para el pescador porque le facilita muchas cosas, por ejemplo, antes usábamos una carretilla para acarrear el motor y acá estamos a seis cuadras del río y teníamos que traer la carretilla con el pescado, los tarros, los implementos de pesca, por ahí tenes que hacer 3 o 4 viajes, y el motocarro esta acá.
La Cooperativa empezó con cuatro freezer que eran propiedad mía, y yo los volqué a la Cooperativa y así arrancamos.
Todos los integrantes de la Cooperativa formamos una familia".
“TENIAMOS UN INTERMEDIARIO Y NO LE GANABAMOS NADA AL PESCADO”
Darío Lezcano: “Somos 11 familias que vivimos de eso. Nosotros llevamos todo a la Cooperativa.
Teníamos un intermediario y no le ganábamos nada al pescado, en ese tiempo el pescado para nosotros no valía nada, lo que ganábamos solo nos alcanzaba para comer. Después salió el tema de hacer la cooperativa y nos juntamos entre todos, y nos acomodamos y ahora estamos bien.
Hemos mejorado el tema del precio de lo que ganábamos antes a lo que ganamos ahora, hay mucha diferencia, hay diferencia de 7 pesos por kilo, en alguna 10 y hasta 20 pesos, diferencia en el pescado a lo que nosotros entregábamos antes al acopiador.
Un freezer puede llegar a tener 80 o 90 kilos de pescado.
Con el valor agregado con poquito haces más uno con 10 kilos haces lo mismo con lo que antes hacías con 40 kilos, y en eso estas ayudando al rio, porque en vez de sacarla 50 kilos le sacas 20 kilos”.
LA FIGURA DEL PESCADOR ARTESANAL
La mayoría de los pescadores de Benito Legerén viven de la pesca, se dedican a la actividad de manera exclusiva y tienen una rutina cotidiana. Además participan de la pesca los hijos y las mujeres colaboran en el desarrollo de algunas tareas.
La actividad del pescador artesanal, además de ser un medio de subsistencia es para muchas familias una forma de vida, anclada en valores y prácticas culturales. Mediante la implementación del mismo se busca potenciar las experiencias existentes, contribuir al desarrollo local, la soberanía alimentaria y la generación de fuentes de trabajo genuinas.
