«El acuerdo fue que nosotros entregábamos los estudios fijando un determinado valor y se abría una posibilidad de que, a los costos de ese momento, se nos entregara terrenos en la zona donde se iba a hacer el pozo termal. Por ambas partes corríamos riesgos y si era exitoso el emprendimiento del municipio íbamos a tener derecho a esa retribución, pero si el emprendimiento fracasaba todos perdíamos», dijo.
Indicó también que «en aquel momento se estableció que después que se hicieran las primeras ventas de predios, íbamos a cobrar. Las ventas se hicieron pero nosotros no cobramos».
«Tuvimos entrevistas con todos los intendentes, pero nunca logramos respuesta -dijo- aunque en un momento no insistimos ya que sabíamos del problema económico que estaba viviendo la Municipalidad».
Fernández admitió que en noviembre del año pasado recibieron una nota al respecto -«un poco ambigua»- con la firma del entonces intendente José Fochesatto. «Debo ser sincero y decir que el actual gobierno municipal, reconociendo que había una deuda, nos llamó para conversar, por lo que mantuvimos ya algunas reuniones tratando de alcanzar algún acuerdo, lo que se logrará ya que hay muy buena predisposición en ambas partes», acotó. En un primer momento se estableció que el costo de los estudios era de 30 mil pesos. «Habría que intercambiar costos de aquellos momentos», dijo y apuntó que la retribución a lograrse se distribuirá entre los 42 inversionistas de la sociedad anónima.
Es de recordar que cada inversor invirtió en su momento la suma de 1.000 pesos, además de comprometerse capitales por 800 mil, del millón y medio necesarios para el proyecto que manejaban.