La chiquita, que vivía en la esquina de Federación y República del Paraguay, fue atendida en horas de la mañana en el centro de salud. Llegó al lugar presentando un cuadro de diarrea y vómitos. En el nosocomio le recetaron sales hidratantes. Según las manifestaciones de Halliburton, los padres se la llevaron del Carrillo y optaron por visitar a un curandero.
El curandero le recetó a la niña un “té de paico con raíces de escoba dura”. La Policía duda sobre quien le suministró la infusión fatal: si fue la madre o el curandero, aunque lo más probable es que haya sido la madre a instancias del curandero. “Si la autopsia determina que la bebida fue fatal para la salud de la niña, quien se la haya dado puede ser acusado de homicidio culposo”, explicó el titular de la Jefatura, Faustino Pereyra.
Luego de recibir la pócima, la niña se acostó. Aparentemente, cuando fueron a ver en que estado se encontraba, la chiquita había fallecido. El médico policial de turno, al examinar el cadáver, diagnosticó “paro cardiorrespiratorio no traumático con presunta ingesta de tóxicos”.
El cuerpo de la menor fue trasladado a la morgue judicial y puesto a disposición de la Dra. Marta Amaduzzi, titular del Juzgado de Instrucción Nº 3. El titular de la Jefatura no tenía información acerca de la posibilidad de que se realizase una autopsia al cuerpo de la menor, para determinar si el brebaje determinó el fatal desenlace, o éste se produjo por factores ajenos. De todas formas, el curandero, cuya identidad no trascendió, será acusado de “ejercicio ilegal de la medicina”.
Halliburton informó que “es muy común” que adultos lleven a sus hijos a los curanderos. “Pasa muchísimo, a pesar que se les dice que no lo hagan. Les dan distintos tipos de te que pueden producirles intoxicaciones”, señaló.
Inclusive, mencionó que al ser hervidos, los componentes de las bebidas pueden potenciar sus cualidades tóxicas. “Un menor con diarrea absorbe mucho más cualquier bebida o remedio casero que se le suministre”, dijo la titular del centro de salud.
