Los coordinadores y efectores locales y regionales de Concepción del Uruguay y Concordia, Carlos Pepe y Eduardo Taubas, responsables de “lo que se hace y deja de hacer en materia de prevención primaria (evitar nuevas infecciones), prevención secundaria (detección temprana de infectados) y prevención terciaria (contención, atención adecuada de los pacientes)”, informan a DIARIOJUNIO que de acuerdo a un informe publicado por Eduardo Elías, jefe del Programa Provincial donde da cuenta que en la provincia se atienden aproximadamente 1.500 personas con VIH, “debemos calcular que hay entre 2.500 y 3.000 personas más en la provincia que probablemente viven con el virus y no lo saben”. Agregan además que “para este año estimamos una cifra superior a los 170 pacientes o sea, un 50% más de lo estimado por Elías y no se han incrementado los recursos”.
De acuerdo a los coordinadores, las amenazas que identifican son, “la ausencia total del tema en la agenda del gobierno provincial, puesto claramente de manifiesto en la falta de respuestas a los reclamos permanentes que venimos realizando en todos estos años, no escapando de este ninguneo el mismo programa provincial, cuyo responsable ha realizado innumerables e infructuosas gestiones ante las autoridades, y a pesar de haber sido designado por la misma gestión hace varios meses aún no ha conseguido le abonen el sueldo a él ni a la mayoría de las escasas personas designadas dependientes del programa. Otra muestra de los mencionados es la enorme limitación funcional que le confiere al programa provincial la ausencia de un lugar en la orgánica de la Secretaria de Salud. La hipocresía de algunas instituciones que con el pretexto de defender “la población”, se resisten a modificar hábitos y costumbres perjudiciales a la salud, manteniendo la inútil obstinación de continuar con estrategias que han dado suficientes muestra de su fracaso. La indiferencia de amplios sectores de la sociedad sumergida en sus propios problemas y/o convencidos que el VIH/SIDA no es un problema de ellos”.
Los responsables del programa de estas dos ciudades, creen que las oportunidades “obviamente escasa, de ella la más importante es contar con una Dirección Nacional del SIDA (ex programa nacional), que esta desarrollando una tarea muy importante en cuanto a la provisión de medicamentos, disponibilidad de otros recursos como estudios especializados, insumos etc. Otra, que la Legislatura provincial concrete la promesa de concreción de un Proyecto de ley (no de Declaración), que proponga la creación de la Dirección Provincial del SIDA”.
Consideran que hay numerosas debilidades. “A las ya mencionadas de ausencia de lugar en la orgánica de la Secretaria de Salud, hay que agregar la falta de recursos humanos y materiales, falta de capacitación adecuada, falta de estímulos y objetivos claros, ausencia de planificación que guíe las prioridades definidas que haga predecible el futuro”. También rescatan las fortalezas, como “ el compromiso inclaudicable del pequeño grupo de personas que atendemos a pacientes que viven con VIH en la provincia y una pocas organizaciones con los pacientes y con la temática. Nuestro inconformismo con una realidad que se debe y puede cambiar y el convencimiento de que agotadas otras instancias para alertar a las autoridades sobre la seria situación que esta pandemia esta causando a nuestras comunidades debemos seguir buscando canales no formales para lograr esa concientización”.
Datos
En Concordia, desde que se inició el registro de infectados en el año 1989, se detectaron 600 casos. De este total, fallecieron 110 personas, por diagnósticos tardíos (patologías muy comprometidas) y pacientes que no terminaron de adherir al programa,
Este año se detectaron 52 casos. 20 fueron revelados con infecciones graves. 10 mujeres embarazadas. 1 dador de sangre y 16 de los infectados detectados fueron por contactos de los infectados anteriormente. Sólo 5 pacientes concurrieron a hacerse una análisis espontáneamente.
Para atender a la población de infectados, el Programa contempla 5 profesionales:
Eduardo Taubas, coordinador del programa, 1 psicólogo. 1 infectólogo, 1 asistente social y una persona que trabaja en detectar personas infectadas.