Cuando Ragone asumió, en enero de 2016, la factura de luz era de $ 150.000. Luego comenzaron los incrementos y para el 2017 ya pagaban entre $ 550.000 y $ 600.000. “La última factura de 2018 estamos en $ 852.000”, indicó el médico.
El incremento de los importes para energía comenzó a incidir en las partidas dado que cada vez se requiere un porcentaje mayor de las mismas para abonarlas. “Nosotros tenemos que ir recortando distintas compras, sobretodo en la parte de medicamentos e insumos, etc., etc. para tratar de compensar el gasto”, indicó el galeno.
Desde el año pasado comenzaron a llevar adelante un proceso de recambio de lámparas comunes en diferentes sectores internos por otras de tipo LED para reducir el consumo de energía. El 11 de enero pasado, Gerardo Moledo, bioingeniero del nosocomio, indicó a DIARIOJUNIO que están realizando mejoras en el nosocomio respecto de la iluminación, pasando de los tubos fluorescentes convencionales a tubos de led. En consecuencia, se alarga la vida útil de las lámparas y se reduce sensiblemente el consumo. los recambios de lámparas se producen en los pasillos y oficinas de todo el hospital. “Tenemos alrededor de 5.000 tubos fluorescentes y en la medida que se va haciendo el mantenimiento, se van cambiando los tubos”, decía Moledo. La decisión acarrea ahorros en arrancadores, reactancias, y fundamentalmente consumo eléctrico. “Se reduce al 20 % el consumo”, indicaba. Ya se produjo el recambio de entre el 30 y 40 % de los tubos.
Desde 2016, la partida destinada al nosocomio también aumentó. “Ya hemos tenido aumentos de partida para este año. El problema es que el porcentaje que se va en luz es muy importante y no lo tenemos en la planificación. Nos sorprendió la cifra de lo que teníamos que pagar. Era nuestra preocupación que ya lo veníamos manejando con el recambio de luminarias”, sostuvo.
“Estamos tratando de buscar desde distintas formas, a nivel central, como disminuir este costo”, señaló el facultativo. La preocupación es lógica teniendo en cuenta que el mismo Ragone reconoció el mes pasado que el 40 % de los pacientes que se atienden en el Masvernat cuenta con obra social. Eso significa que el restante 60 % no tiene cobertura sanitaria por lo que es desocupado o trabaja ‘en negro’. En cualquiera de los dos casos, les es difícil el acceso a los medicamentos por lo que acuden al nosocomio para obtenerlos con las dificultades que ahora le conlleva a la institución adquirirlos.
Al mismo tiempo, se debe tener en cuenta que no solo la luz se incrementó. En julio del año pasado, el representante legal de Consumidores Libres, Héctor Polino, aseguró que los medicamentos de consumo masivo "aumentaron en promedio 132 % desde el 30 de octubre de 2015", más que la inflación y que la devaluación de la moneda.
