La compañía de capitales europeos tiene actualmente en funcionamiento en Uruguay un puerto (M’Bopicuá), dos plantas de astillado (una en Fray Bentos y otra en el barrio Peñarol, en Montevideo), un aserradero cerca de la ciudad de Young, así como 62 mil hectáreas forestadas. Pero el emprendimiento por excelencia es la planta de celulosa que planea construir en Fray Bentos, resistida por los vecinos de Gualeguaychú por sus posibles efectos contaminantes y eje de un conflicto con el Gobierno argentino (junto con la finlandesa Botnia) que hoy por hoy se dirime en el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya.
Justamente la semana pasada ENCE anunció que frenaba las obras de su papelera para esperar la primera decisión de la Corte, acerca del pedido argentino de una medida cautelar que suspenda ambas obras por 90 días para permitir estudios ambientales profundos. Asimismo, se rumorea el posible traslado de la planta unos 30 kilómetros al sur de Uruguay.
EN CUBA
En tanto, legisladores latinoamericanos reunidos en Cuba impulsan la creación de un Tribunal regional especializado en Medio Ambiente que dirima los diferendos en esta materia, como la actual disputa sobre las papeleras entre Argentina y Uruguay.
“Fue una iniciativa de la Comisión de Medio Ambiente” del Parlamento Latinoamericano (Parlatino), expresó la representante argentina Sonia Escudero, quien abordó la propuesta durante la inauguración de las sesiones del foro.
Pese a que la propuesta fue anterior a la crisis de las papeleras entre nuestro país y Uruguay, “la realidad demostró que es necesario una corte regional para dirimir conflictos sin tener que llegar al La Haya, donde actualmente se ventila el caso”, dijo Escudero.
“Hay que ir generando consensos”, explicó la legisladora del gubernamental Partido Justicialista.