La operación comenzó con dos camiones que viajaron des la provincia de Tucumán, uno cargado con azúcar y otro con bolsas de papa.
El comprador identificado que se habría identificado telefónicamente “García”, les indicó que el destino de la carga sería Concordia, pero una vez que la carga ingreso a la provincia el destino se cambió por unos depósitos de Colón y Concepción del Uruguay.
Siempre de acuerdo al relato de los supuestos damnificados, fueron guiados por una camioneta Dodge y un Ford Sierra, los cuales luego serían identificados en lso allanamientos.
El tucumano denunciante, Héctor Manconi, logro que la policía actuara de inmediato y se inspeccionaron dos depósitos en Colón, uno en calle Castelli al sur, donde se incautaron 12 mil kilos de azúcar, identificados con las marcas Nico Máxima y LG. Mientras que en un galpón de calle Chacabuco se ubicaron otros 4.600 kilos.
Uno de los comerciantes reconoció que había adquirido la mercadería “de buena fe” y que una gran cantidad de los paquetes secuestrados estaban almacenados a la espera de ser cambiados por otro proveedor, ya que presentaban diferencia en los gramos que anunciaban los paquetes.
Los empresarios aseguraron que contaban con “apoyo de nuestro gobernador” y se ufanó que “en el juzgado (de Colón) se extrañaron que tuviéramos contactos que metían mucha presión para resolver este hecho”.
La justicia determinó que la totalidad de la mercadería debería quedar a la custodia de los Paradi, en depósitos judiciales de los tribunales de Tucumán, pero los comerciantes de Colón denunciaron que las mercadería no fue hasta Tucumán, si no que habría sido comercializada en la ciudad de Concepción del Uruguay.