Según la Organización Mundial de la Salud, el suicidio es una de las tres primeras causas de defunción entre las personas de 15 a 44 años en algunos países, y la segunda causa en el grupo de 10 a 24 años; y estas cifras no incluyen los tentativas de suicidio, que son hasta 20 veces más frecuentes que los casos de suicidio consumado. Se estima que a nivel mundial el suicidio supuso el 1,8% de la carga global de morbilidad en 1998, y que en 2020 representará el 2,4% en los países con economías de mercado y en los antiguos países socialistas.
La Ley 27130 promulgada el 6 de abril en Argentina, expresa en el Artículo 1°: “Declárase de interés nacional en todo el territorio de la República Argentina, la atención bio-psico-social, la investigación científica y epidemiológica, la capacitación profesional en la detección y atención de las personas en riesgo de suicidio y la asistencia a las familias de víctimas del suicidio”. Aunque aún las provincias no se adhirieron y los casos aumentan.
Asimismo, vale destacar el Articulo 16 de la normativa que indica que las Obras Sociales, las entidades de medicina prepaga y las entidades que brinden atención al personal de las universidades, así como también todos aquellos agentes que brinden servicios médicos, asistenciales, a sus afiliados independientemente de la figura jurídica que posean, deben brindar cobertura asistencial a las personas que hayan sido víctimas de intento de suicidio y a sus familias, así como a las familias de víctimas de suicidio, que comprende la detección, el seguimiento y el tratamiento de acuerdo a lo establecido por la autoridad de aplicación.
“LA FOLLETERIA ES ÚTIL, PERO PARA UNA CAPACITACIÓN DE AGENTES DE SALUD, NO PARA UN SUICIDA”
DIARIO JUNIO, hace algunas semanas publicó que falta asistencia en Concordia ante el caso del padre que provocó el choque en la Ruta 14 que culminó con la muerte de uno de sus hijos, y luego de semanas la propia. Oficialmente no existe ningún programa que adhiera o reglamente la asistencia, contención y prevención. El Programa de Prevención del Suicidio, no está funcionando en el Centro de Fortalecimiento Social como tal.
Desde Salud Mental del Hospital Felipe Heras hay profesionales que se encuentran trabajando. Uno de ellos es Sergio Brodsky, psicólogo y autor del libro De Amor y de muerte. Consideraciones sobre la prevención y asistencia al suicidio (Ed. Panza Verde), el cual habló con DIARIOJUNIO.
Brodsky otorgó datos relevantes sobre la problemática que por estos días es preocupante en la región. Y sobre la normativa expresó: “La ley es ideal como está redactada y lo que propone, pero no está reglamentada aún, no hay provincias que se hayan adherido. La folletería es útil, pero para una capacitación de agentes de salud, no para un suicida”.
Brodsky sobre el por qué una persona puede tomar la drástica decisión de quitarse la vida, dijo: “El 90% de los suicidas sufren algún problema de salud mental. El 50% depresión. El segundo diagnóstico es droga dependencia. Esquizofrenia y trastornos borderline de la personalidad (Trastorno de la personalidad que se caracteriza primariamente por inestabilidad emocional, pensamiento extremadamente polarizado y dicotómico, y relaciones interpersonales caóticas. El perfil global del trastorno también incluye típicamente una inestabilidad generalizada del estado de ánimo, de la autoimagen y de la conducta, así como del sentido de identidad, que puede llevar a periodos de disociación). Pero siempre está estrechamente relacionado a una depresión”.
“Nosotros intentamos trabajar con agentes de salud que pueden ser desde un docente, a un medio de comunicación, a personal del centro de salud. Digamos que todo aquel que nos ayude en la etapa de sensibilización”, explicó el psicólogo.
MITOS EN TORNO AL SUICIDIO
Existen mitos que la sociedad tiene arraigados y que debemos erradicar sobre el acto suicida, para así poder ofrecer ayuda a una persona depresiva o en alguna de las etapas por las que la persona atraviesa hasta el hecho concreto, refirió Brodsky.
• Las personas que se van a suicidar no lo dicen y quienes lo dicen no lo hacen; la realidad es que la mayoría de las tentativas o suicidios consumados comunicaron explicito sus intensiones, e incluso su modo.
• Una mejoría después de una crisis suicida, o una mejoría brusca después de una depresión significa que no hay un riesgo; el suicidio es el acto final tiene fases previas como la fantasía, las ideas de suicidio, las dudas o la liberación; muchas veces significa que la decisión ya está tomada de llevar a cabo el acto, porque significa haber salido del agobio de la duda.
• Los suicidas solo desean morir, y nadie puede sacarlos de esa idea; las personas tiene sentimientos ambivalentes sobre su propia muerte, porque existe el instinto de supervivencia.
• Un intento suicida implica que siempre tendrá ideas suicidas; a veces el suicidio es el resultado de una crisis, pero que elaborados correctamente pueden permitirle salir fortalecido.
• Solo lo hacen para llamar la atención; el llamado de atención, es la comunicación del pedido de ayuda a un interlocutor elegido. Todo comportamiento autodestructivo es grave y puede ser letal.
• El suicidio se hereda; se postula como herencia genética, aunque existe la posibilidad de una herencia simbólica en sentido de efectos, secuelas y traumatismos sobre la subjetividad de la familiar.
• Todos los suicidas están deprimidos; no es la única, también se asocia a la psicosis, el alcoholismo, trastornos de personalidad, e incluso neuróticos.
Sucede por impulso, no puede ser evitado; en la mayoría de los casos se da por un proceso que va desde la fantasía a la decisión, en el que va manifestando su intensión.
• Solo psicólogos y psiquiatras pueden prevenirlo; todos los miembros de la sociedad tomados como agentes de salud (policía, trabajadores de la salud, vecinos, amigos, compañeros de trabajo) pueden involucrarse como protagonistas en la prevención si puede promover una consciencia ciudadana, comunitaria, y políticas de sensibilización.
• No se va a matar porque ya lo intentó, solo es para llamar la atención; el intento previo constituye un factor de riesgo de nuevas tentativas, un alto porcentaje de suicidas ya lo intentaron varias veces previamente a su consumación.
• Preguntar a una persona si piensa matarse es una incitación a que lo haga; si existe un clima de confianza y contención se pregunta sobre sus ideas, suele ser un gran alivio que los sustrae del aislamiento y soledad que agiganta su angustia.
• Cuando alguien amenaza hay que desafiarlo; es una dilema común que relaciona la lógica de la relación directa entre la intensión y el acto suicida, por lo que la amenaza no es tenida en cuenta.
• Los niños no se suicidan; suele darse en casos de niños que están sometidos a situaciones traumáticas como el supuesto que sus padres sentían sobre él, como sentirse culpables de haber nacido. Situaciones de abuso sexual. O la imposibilidad de comunicarse sobre hechos.
• Es natural cierta tristeza y angustia en la tercera edad; a veces se relacionan sentimientos de tristeza, desinterés o aislamiento propios del estado de duelo del proceso psíquico de duelos masivos que se transitan en la tercera edad.
¿TODOS SOMOS PROPENSOS AL SUICIDIO?
“Si, como nó. Está comprobado que ese 90% de personas que tienen alguna psicopatológica son las que más toman la decisión, pero pasar por una situación muy traumática como la pérdida de un status social, de un ser querido, o una guerra; tal y como pasó con los veteranos de guerra de Malvinas”, explicó Brodsky.
“El traumatismo se caracteriza por un flujo de excitaciones excesivo en relación con la tolerancia del sujeto y su capacidad de controlar y elaborar psíquicamente dichas excitaciones. Lo traumático de un convencimiento también tiene que ver con la preparación psíquica del sujeto de responder al mismo teniendo en cuenta que muchos combatientes no tenían la mas mínima instrucción militar para afrontar las situaciones propias de la guerra. A esta factor de por sí, se sumó la negación, el ocultamiento y el estigma de la sociedad y el estado sobre los combatientes, proyectando y depositando sobres ellos la vergüenza, la culpa, la impotencia, ocultándolos y olvidándolos, no brindando el justo reconocimiento del lugar de quienes encarnaron una lucha justa…”.
GRUPOS DE RIESGO SEGÚN LA OMS
Por otra parte sobre los grupos de riesgo, la OMS en sus estadísticas destacan determinadas características generales, lo que no indica que cada caso cuente con particularidades.
Los grupos de riesgo se encuentran en adolescentes y adultos mayores. Aunque se ha incrementado el porcentaje de jóvenes adultos (la franja etaria entre los 20 y los 30 años). Brodsky hace mención sobre estadísticas: en adolescentes prevalecen los intentos de suicidio. En hombres jóvenes adultos los métodos son más letales que en mujeres, ya que ellas deciden métodos más románticos, que tienen que ver con la belleza, o no tener una muerte muy traumática. En adultos mayores, cuyos organismos están más desgastados, características propias de la vejez de un cuerpo, prevalece un porcentaje de resistencia a cualquier método mucho menor.
El psicólogo destacó como conductas y actitudes del sujeto que nos permiten suponer la peligrosidad de la ocurrencia del suicidio, los más comunes son:
Manifestación de ideas suicidas, explicitación de intensiones, amenazas suicidas, tristeza, desinterés, desesperanza, retraimiento, aislamiento, entrega de posesiones valiosas, notas suicidas, disminución del rendimiento laboral, o escolar, disersión o ausentismo escolar, rebeldía, agresividad, dificultades en la concentración, descuido del aspecto e higiene, decepción y culpa por no satisfacer expectativas paternas, dificultades en la comunicación, tendencia al aislamiento, escasas relaciones interpersonales, rechazo del grupo de pares, abuso de sustancias, incremento del consumo de alcohol o drogas, cortes o golpes en el cuerpo, idas suicidas, fantasías o intentos previos, considerar el suicidio como un acto heroico, insomnio, o hipersonía, compulsión alimentaría o anorexia, cambio repentino del comportamiento después de un periodo de ansiedad, hablar de muerte, o suicidio, sentirse desesperado o culpable, sentimientos de soledad, impotencia, desesperanza, manifestar conflictos familiares serios, introversión, ensimismamiento, aislamiento, dificultades en la expresión de las emociones, cambios de personalidad mostrando irritabilidad, pesimismo, depresión o apatía, odio o desvalorización hacia sí mismo, sentimientos de vergüenza, deseo súbito de arreglar asuntos personales.
Situaciones desencadenantes: en general disparan el proceso sin ser su causa más profunda, son momentos de crisis y perdidas, las más comunes son perdida de una figura significativa, amores contrariados, perdida de una relación de pareja, fracasos escolares, abuso físico o sexual, conflictos familiares, desengaños amorosos, aumento del consumo del alcohol o drogas, abandono s de tratamientos psicológicos o psiquiátricos.
INFLUENCIA Y RESPONSABILIDAD DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
Además Sergio Brodsky se refirió a dos actores sociales de vital importancia: “Los docentes son una parte importante en los actos preventivos, son los que más contacto tienen con los adolescentes, son los que miden las situaciones y notan los cambios es por eso que trabajamos mucho en la prevención del suicidios con este sector de la educación”, asimismo agregó: “Cuando ya se registra un hecho, trabajamos en posvención (trabajo posterior a un hecho suicida)”.
Y por otro lado, dice sobre los medios: Una de las primeras asociaciones conocidas entre el suicidio y los medios de comunicación surgió de la novela de Goethe “Leiden des jungen Werther” (Las Penas del Joven Werther) publicada en 1774. En esta obra, el héroe se dispara luego de un amor infortunado, y poco después de su publicación, se informó acerca de muchos varones jóvenes que usaron el mismo método para cometer suicidio. Esto resultó en la prohibición del libro en varios lugares. De ahí el término “efecto Werther” usado en la literatura técnica para designar la imitación en los suicidios.
Otro caso famoso y reciente se relaciona con el libro Final Exit (Salida Final) escrito por Derek Humphry: después de su publicación, hubo un aumento en los suicidios en Nueva York, usando los métodos descritos. La publicación de Suicide, mode d’emploi (Suicidio, modo de empleo) también condujo a un aumento en el número de suicidios. Contagio es el proceso por el cual un suicidio dado facilita la ocurrencia de otro suicidio, independientemente del conocimiento directo o indirecto del suicidio anterior.
La televisión también influye en el comportamiento suicida. Philips mostró un aumento en los suicidios hasta 10 días después de los informes sobre casos de suicidio en las noticias. El mayor impacto, todo lo más si involucran a celebridades.