SUICIDIO: Cuando la esperanza es lo último que se perdió

La Asociación Argentina de Prevención al Suicidio -una de las pocas ONG que lleva una respetable base de datos sobre este flagelo- señala que habitualmente los casos son biologizados, socializados, estigmatizados, psiquiatrizados, psicologizados. Agregando que están generalmente asociados a tragedias, injusticias y hasta `cuestiones inexplicables´. Llegando a bordear la clínica, el delito, la ética, la religión, la solidaridad, el desamparo, la angustia, la soledad, el desengaño, el destino.
Pero remarcan que sin embargo, las conductas autodestructivas no parecen alcanzar –hoy- el grado suficiente de entidad como para incluirse dentro de las políticas activas que encare el Estado y los programas de la Salud Pública.
Esta asociación también alerta que la violencia institucionalizada, los terribles desamparos y tensiones a los que se ven sometidos enormes grupos humanos vulnerabilizados, imponen una agenda de problemas focalizados, determinados por la circunstancia y olvidando los contextos y desarrollos históricos, institucionales, grupales familiares e individuales en los que se desenvuelven. «Observando que se naturaliza el hambre, la injusticia y la falta de proyectos comunes y exigiéndose que el horror de vivir en esas circunstancias es algo que debería ser tratado en el ámbito de la salud mental y pública como respuesta técnica de control, al descontrol que implican las circunstancias del posible suicida».

En Entre Ríos

Tal como se graficara anteriormente, en Entre Ríos se ha incrementado el número de personas que decidieron poner fin a su vida. De acuerdo a los datos oficiales de la Policía provincial, las pregonadas cifras del 2005 fueron superadas por los casos del 2006, ya que hasta el pasado mes de junio ya eran 65 las personas que se habían suicidado. 9 mas que a la misma fecha del año pasado.
El cuadro esta encabezado por la capital provincial, la cual llevaba contabilizados 15 hechos luctuosos en el primer semestre de este año. Seguida por Gualeguaychú con 9, Gualeguay con 6, Federación con 5, cerrando los primeros puestos Concordia, Concepción del Uruguay, Colón y Villaguay, con 4 suicidios cada una, siempre de acuerdo a las cifras oficiales.
Volviendo a los números brindados por la Asociación Argentina de Prevención al Suicidio, el 20,89% de los casos ubican como mas vulnerable a la franja comprendida entre los 20 y los 24 años de edad.

Una voz en el teléfono

Para paliar este azote social, en Entre Ríos funcionan servicios de asistencia como el del teléfono Nº 135 de Paraná, nacido gracias a un convenio entre la Municipalidad de Paraná y la Organización No Gubernamental, “Vínculos”, donde se brinda asistencia telefónica en forma gratuita y anónima, todos los días – incluídos sabados y domingos- de 19 a 23 horas, desde el año 1992.
Mientras tanto en la ciudad de Concordia, si bien no hay una línea telefónica especifica de atención gratuita y reservada como la de la capital provincial, muchos llamados de personas pidiendo asesoramiento y contención ante intentos de suicidio son canalizados por el número telefónico 132, la Línea Telefónica Gratuita de Orientación en Adicciones.
Los psicólogos Ricardo Gutiérrez y Rubén Mendoza (Jefe de División de Fortalecimiento Social), contaron a DEBATE Y OPINIÓN que la línea 132 cumplió un año este jueves 10 de agosto, admitiendo que “a veces encontramos pedidos de asistencia en casos donde (en realidad) hubo un abuso de psicofármacos y un claro intento de suicidio”. Especificando que “a veces tratamos casos que son presentados por los familiares como de jóvenes adictos a los psicofármacos, pero que en realidad fue una sola ocasión en la que intentaron quitarse la vida”.
Ante estos casos, lo que se estila es una derivación posterior a Psiquiatría del hospital público, “porque generalmente estos pacientes necesitan una evaluación siquiátrica y si llegaron a una crisis de querer quitarse la vida necesitan un tratamiento farmacológico, si o si”. Y si bien el estamento municipal no tiene contemplada ese tarea, también se los contiene “con orientación que pueden ser de 5 o 6 entrevistas hasta que la ubicamos en el hospital, con una psicóloga de ese nosocomio”.
No es intención de este limitado artículo periodístico causar alarma, ni un fogonazo que perdure durante una semana apoyado en su interés de lectura. Ya que tal como sugieren los especialistas, el tratamiento del tema en los medios masivos de comunicación, como espejo transformado de la realidad cotidiana, pareciera obedecer a criterios arbitrarios. Cuando la tragedia es espectáculo, cuando lo escandaloso tapa lo grave, las pérdidas de sentido operan de diversa forma y el árbol no deja ver el bosque.

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