Mientras las empresas de transporte urbano de pasajeros de la ciudad y concejales discutieron largo y tendido por un exiguo aumento del 20 por ciento en el pasaje de colectivos -que dejó sabor a poco en la Cámara de Transporte- y que comenzará a regir en los primeros días de agosto, los usuarios ya pagan un 10 por ciento más por el servicio.
El sistema SUBE se carga por medio de las mismas plataformas de saldo virtual para celulares con sistema prepago y estacionamiento medido. Si bien los mencionados servicios tiene una comisión ínfima, motivo por el cuál también se cobra un recargo indebido, la SUBE no tiene utilidad alguna ni para el distribuidor del saldo ni para el comerciante que lo vende; es decir que toda la logística (distribución, cobros, gastos de vehículo, internet, etc) y el dinero para mover el sistema debe correr por cuenta de estos.
Ante tal escenario -a todas luces injusto desde el punto de vista del que tiene que poner la plata-, se ha implementado el cobro indebido de un recargo y los funcionarios responsables del sistema tanto a nivel nacional (Ministerio de Transporte) como local (Coordinación de SUBE Concordia) han optado por mirar para otro lado.
Un comerciante que vende saldo para SUBE informó a este medio que su proveedor avisó que “a partir del 1º de agosto, todas las cargas tendrán una comisión negativa del 2%, esto se va a cobrar descontando del saldo cada diez días. Por ejemplo: Si un comerciante vendió en el plazo de 10 días unos 5000 pesos de saldo para la SUBE, se le descontarán 100 pesos de su cuenta.
Respecto a la aplicación del recargo -que lo hacen todos los comercios y que llega a ser del 10 por ciento (ahora quedaría en un 8% neto a raíz de los descuentos aplicados por el distribuidor)-, uno de los comerciantes consultados por este medio explicó que es mucho el dinero que se debe destinar tanto para el estacionamiento medido, las cargas virtuales para los teléfonos celulares y la tarjeta SUBE y, en el actual contexto inflacionario, es conveniente invertir en otros productos que tienen significativos aumentos semanales para no perder el capital. “Si no cobro recargo, más vale no vender”, dijo.
Por su parte, uno de los distribuidores mayoristas más importanes de la ciudad que los que venden saldo para plataformas virtuales confirmó lo que contó el comerciante y explicó que el producto que se llama “SUBE diferido” no tiene comisiones, por lo que toda la logística que significa cargar las cuentas de los clientes y luego pasar a cobrarles, los trámites bancarios, el trabajo del personal empleado, etc, corre a cuenta de ellos. “Ofrecen un servicio con mi plata”, se quejó.
Es así -explicó- que se vieron en la necesidad de aplicar este recurso de una “comisión negativa” para obtener una utilidad que al menos sirva para cubrir los costos.”La única forma que tengo es sacándole plata al cliente. Y estos, por su parte, desde que empezó a usarse el sistema están cobrando un 10 por ciento de recargo sobre los montos que se impactan en las tarjetas”.
Por otro lado, contaron que sigue habiendo escasez de plásticos SUBE y la tarjeta se llega a vender en hasta 400 pesos en algunos negocios de la periferia cuando el precio estipulado es de 90 pesos.
Un mes atrás, el sindicato que nuclea a todos los kioscos del país resolvió que por 72hs. no se cargara la tarjeta SUBE como así tampoco se vendiera el plástico en reclamo porque se incremente la comisión que reciben por la prestación del servicio.
En dicha oportunidad, y argumentado la medida de fuerza, desde la Unión Kiosqueros de la República Argentina (UKRA), que representa a más de 100.000 locales a lo largo de todo el país, aseguraron que “cargar la SUBE es perder plata para el kiosquero” y exigieron, mediante un comunicado, que haya un “margen digno de ganancias para todas las familias kiosqueras del país”.