Vale recordar la cantidad de ancianos que se descompensaron en la vía pública durante la época estival, incluso el de una señora que cayó frente al palacio municipal y que quedó grabado en video la tardanza y posterior ineficacia de los camilleros que llegaron a asistirla. “Hay una permanencia en denuncias por ese tema y cuando en el 2016 yo hice un pedido de informes para saber el estado de las ambulancias, el Secretario de Salud municipal en aquel momento, Guillermo Echenause, me informó que había sólo una en funcionamiento y 5 Unidades de Traslado, que no es lo mismo”, aclaró Benítez. “Si bien hay otras 20 ambulancias distribuidas en los centros asistenciales, algunas están rotas y otras tienen solo un camillero y no un médico asignado”, explicó. “Y para peor, están descoordinadas, lo que significa que hay una separación entre el 107, que maneja la provincia y las Unidades de Traslado de la Municipalidad”
Tapando agujeros
En ese sentido, se entiende por qué es tan difícil que la asistencia esté a tiempo cuando sucede un accidente y mucho más difícil es que llegue un móvil con el equipamiento y la persona adecuada. “La Unidad de Traslado está cubriendo de alguna manera las emergencias que le corresponden al 107”, sugirió el concejal. Tal es el caso de Bruno Escobar que fue atendido por un camillero, que no le puso el protector del cuello y lo llevó al Felipe Heras donde encima debió ser nuevamente trasladado por no contar con los elementos necesarios para una lesión como la que presentaba. “Situación que seguramente agravó la lesión que ya tenía”, señaló el radical. Lo mismo con el maratonista, Diego D’Angelo que falleció en calle Lamadrid y sólo recibió la atención medica de otros corredores que intentaron reanimarlo. “Quizás con un desfibrilador se hubiera salvado”, sugirió en esa oportunidad el médico cardiólogo que lo atendió en la calle.
Según la visión de Benítez, esta problemática se podría mejorar unificando y coordinando todas el servicio de emergencias y unidades de traslado en un centro de comunicación conjunto como el SAME que utilizan en Buenos Aires. “Falta un sistema de coordinación de emergencias que responda siempre los llamados y derive la asistencia evaluando la distancia y complejidad de cada caso”, propuso el radical. “En caso de emergencia, el único que debería salir es el 107 y que esté coordinado con los hospitales y Centros de Salud más cercanos o de mayor complejidad según sea necesario”, agregó. Como ejemplo, surge el caso de Santino Silvero que sufrió una descarga eléctrica en el barrio Agua Patito y en vez de asistirlo una ambulancia con un médico del barrio Constitución, llegó una Unidad de Traslado y con un camillero desde la Asistencia Pública, ubicada en pleno centro. “Claramente que para ello también deben las ambulancias estar en condiciones”
Ambulancias sin médicos
Debe quedar en claro que la Unidad de Traslado son para personas que por ejemplo, están en tratamiento oncológico y deben movilizarse desde su casa hacia el Masvernat o situaciones que no revisten de emergencia. Por ello es que no están equipadas para una persona en estado crítico, aunque se pueden preparar “específicamente” para un evento como sería una maratón. “De esas, sólo hay 5 que corresponden al municipio”, comentó Benítez. “La municipalidad pretende tapar los agujeros y la falta de ambulancias del 107 con estos móviles y la realidad es que se están comprando un problema, porque se hacen responsables de una situación que no tienen las armas para resolver”, explicó. “Van con una Unidad de Traslado y un camillero que no saben atender casos de emergencias y no sé si no tienen en cuenta que hay una ordenanza municipal que dice que cada ambulancia debe tener un médico. Entonces, si el funcionario de turno manda un móvil de esos sin médico ni equipamiento, están incumpliendo su propia ordenanza”, reiteró
“De igual manera, yo hice un pedido de informes sobre el estado de las Unidades de Traslado y el ejecutivo nunca contestó”, manifestó Benítez. “Quizás prefieran ir a la justicia a responder porque hoy te descompones en la plaza y no te atiende nadie, ni una ambulancia ni un móvil de esos. Ni siquiera hay un desfibrilador en el municipio, ni en la policía, ni en la terminal y recordemos sino el caso de la concejal radical, Susana Fernández, que se descompensó y falleció luego de un viaje y no había un desfibrilador para asistirla. Entre 25 y 30 mil pesos vale ese aparato, para los millones que se manejan, no es nada”, protestó. “No es un tema de plata, sino de interés por mejorar y coordinación entre el municipio y la provincia y a esto lo vengo denunciando hace mucho tiempo pero no cambió en nada. Ni bien pasan las cosas salen todos a tratar de tapar el agujero, pero cuando ya la noticia pasa, se olvidan. Por eso es que mi sensación es que a ningún funcionario le importa nadie”, finalizó