“Si usted a toda la cadena le saca el 10,5 %, repercute”, dijo el senador, quien agregó que “con seguridad” bajaría el precio en el mostrador. “¿Por qué no eliminar el IVA a la carne como una intervención del Estado? Esto va en contrapartida de la menor oferta. Yo estoy convencido de que la carne no va a bajar y que el gobierno no va a importar carne porque si importaría carne, lo importaría mucho más caro de lo que nosotros lo producimos”, manifestó.
De lo contrario, Díaz dijo que hay que aceptar: “que vamos a tener menos kilos de carne y alguien va a quedar fuera de la mesa, y si digo alguien estoy refiriéndome a los que menos tienen”.
Respecto de la liberación de la exportación, Díaz sostuvo que los productores suelen liberar en otoño a las vacas improductivas, estériles o viejas. “Si se cierran las exportaciones, automáticamente baja el precio de la carne de esas categorías. Así lo vimos reflejado el año pasado cuando se vendía la carne a $ 0,65 o $ 0,85, Un productor hacía $ 300, $ 350. En cambio el frigorífico, en la misma cadena, enlata y envasa y cuando se abren las exportaciones hace la gran diferencia económica. Yo lo veía muy desigual a esto”, ejemplificó.
En el proyecto dio cuenta del desplazamiento que tuvo la ganadería a manos de la agricultura, la caída del stock ganadero agravado por la sequía y las inundaciones, la venta de hembras, la baja preñez y la nueva modalidad de los feed lots. “Hoy la Argentina tiene el 50 % de la tierra productiva en soja. Todo eso repercute como monocultivo, como impacto ambiental. Son interrogantes a futuro donde tenemos que tomar posición”, señaló Díaz.
“La carne aumentó entre el 50 y el 60 % y es evidente que el salario no está acompañando esta suba. La carne no es un alimento en la Argentina que esté instalada como un producto que tiene cualidades proteicas; es un alimento social, cultural, de gran arraigo”, indicó el senador.
Asimismo, sostuvo que el año pasado los argentinos llegaron a consumir 74 kilos en promedio por habitante. “Hoy en 2010 la oferta es de 20 kilogramos menos. El argentino siempre ha consumido alta cantidad de carnes si comparamos con otros países. En general, entre los 65 y 68 kilos ha sido una media y el año pasado llegamos a 74 kilos”, indicó.
Díaz descartó que el productor esté guardando la hacienda, especulando con lograr mejores precios. “Tengo una mirada diferente, cuando tiene la alimentación natural, la más barata de todas que es el pasto, busca darle más kilos a la media (res). No es especulación sino que es terminación y mayor ingreso para ese productor”, indicó el legislador.
“No se sabe bien que cantidad de hacienda tenemos en la Argentina. Hemos perdidos siete u ocho millones de cabezas con seguridad en estos últimos años. Se han perdido más de dos millones de vientres y cinco millones de terneros”, dijo.