Soldado que huye…

Hoy, en horas cercanas al mediodía, vecinos del barrio Los Tilos, zona donde están apostados los edificios de CAFESG, la escuela CREAR y el regimiento Blandengues, se vieron consternados por la particular escena que tuvo como protagonista a un hombre vestido de civil -habría resultado ser un soldado voluntario- que fue avistado corriendo a gran velocidad, escapando del regimiento, mientras otros soldados le daban la voz de alto. El episodio alcanzó su mayor nivel de sonrojo cuando el fugitivo, tal vez apoderado de un éxtasis producto del sentimiento de libertad y desahogo, giró un par de veces en dirección a sus colegas para tomarse repetidamente la entrepierna y vociferar el característico insulto que acompaña el gesto.

Según pudo saber este medio, el joven voluntario cumplía su tercer día de arresto dentro de la cuadra de los soldados, que es el lugar destinado, por lo general, a las horas de sueño y descanso de la milicia. Al parecer, el castigo respondería a que el militar habría pegado el faltazo, acusando hastío y cansancio, a la guardia del domingo que le habían asignado.

Al parecer el hombre se quería marchar y el suboficial de semana y el encargado del escuadrón no se lo permitían. A pesar de que había cambiado su uniforme por ropa de civil y estaba decidido a dejar la función militar, las autoridades intentaban persuadirlo a que se quede. En ese trajín fue que lo habrían convencido para dialogar y rever la situación sentados en una mesa dentro del Casino de Oficiales. Fue camino a ese edificio del interior del regimiento que el voluntario habría visto la oportunidad de escapar al notar que el portón principal de entrada había quedado abierto cuando otros soldados se encontraban realizando trabajos de mantenimiento en las afueras del lugar. A pesar de que la guardia habría sido alertada metros antes de que el soldado bajo arresto pudiera darse a la fuga -cuentan que al notar la maniobra el suboficial gritó que no lo dejaran salir-, los intentos fueron en vano porque la velocidad y la determinación del voluntario para su escape a la libertad eran inquebrantables.

Dice el refrán que soldado que huye sirve para otra guerra, aunque en este caso sostienen que no vuelve más.

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