BUENOS AIRES, 29 jul 2015 (IPS) – Las tradiciones de los gauchos (hombres de campo) y la moderna tecnología agropecuaria se unieron en Argentina, en una singular alianza entre ganaderos y ambientalistas, que busca conservar la biodiversidad de los pastizales y mejorar la productividad y sabor de su famosa carne.
“Los parques nacionales dejan afuera al hombre. Quisimos pensar algo que integrara al hombre, pero también la actividad humana como un componente más del bioma”, explicó Gustavo Marino, de Aves Argentinas.
Esta organización ecologista y la Fundación Vida Silvestre Argentina (FVSA) ejecutan el proyecto “Pastizales y Sabanas del Cono Sur de Sudamérica: iniciativas para su conservación en Argentina”.
“Vimos también que el pastizal de la pampa casi no tiene tierras públicas. Eran todas privadas y necesariamente teníamos que trabajar con productores”, añadió Marino en diálogo con IPS.
El proyecto cuenta con financiamiento del Fondo para el Medio Ambiente Mundial , gestionado por el Banco Mundial, y el apoyo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria y la Administración de Parques Nacionales, ambos gubernamentales.
La iniciativa argentina forma parte de la Alianza del Pastizal para el Cono Sur, que integran también Brasil, Paraguay y Uruguay.
Los pastizales “acuñaron una cultura representada por el gaucho pero que permea toda nuestra sociedad con comidas como el asado y esa necesidad que tenemos los argentinos de mirar espacios abiertos, el horizonte y el cielo”, reflexionó Marino.
Pero también son el corazón económico argentino.