Sin narcotráfico no hay narcomenudeo y sin narcomenudeo no hay narcotráfico

El proceso del Narcotráfico en Argentina ha sido largo y sostenido, como larga y sostenida es la lucha contra el mismo. Una lucha que debe ser entendida desde lo integral, al unísono entre todas las fuerzas de seguridad provinciales y federales. Sabiendo que debe tener, como máxima, la coordinación. Porque es la coordinación en la lucha contra este flagelo de donde se desprenderá, inexorablemente buenos resultados.

El Narcomenudeo es la base primaria del Narcotráfico. Es el eslabón del proyecto de poder acomodado en los barrios para tantear las demandas y observar la decantación del consumo que le abre nuevas puertas a otras drogas. Por eso mismo es que luchar contra el Narcomenudeo a partir de la desfederalización, creando una ley provincial que así lo disponga, representa la paulatina recomposición del tejido social desde abajo.

La provincia de Córdoba adhirió a la desfederalización mencionada y promulgó la ley provincial 10.067, pero a esa ley había que darle un contenido, una acción concreta, una respuesta concreta a un problema específico para comenzar por etapas y decisión política, la lucha que se imponía. La del Narcomenudeo.

La Fuerza Policial Antinarcotráfico (FPA) fue el resultado de esa decisión. Se trata de un cuerpo de élite dedicado exclusivamente a las acciones contra el Narcomenudeo. Dicha fuerza fue puesta en funcionamiento el 4 de mayo de 2015.

Desde hace más de dos años y con alternancia gubernamental, la FPA acciona en Córdoba bajo dos áreas, la investigativa y la operativa. Sin desatender, por supuesto, el trabajo en el terreno, el trabajo de campo. El cual siempre arroja diagnósticos así como también premisas. Tanto es así que en nuestra provincia entendemos que no hay narcotráfico sin narcomenudeo y no hay narcomenudeo sin narcotráfico. Pero también consideramos que las luchas contra ambas expresiones de un proyecto de poder deben ser pensadas y abordadas como complementarias y no como antagónicas.

La lucha contra el Narcomenudeo implicó en la provincia sacar de circulación droga de los barrios, cerrar puntos de venta que representan focos de violencia, y desarticular micro bandas. No obstante, vale destacar que el Narcomenudeo es más que droga fraccionada o por fraccionar, es dinero para ser reinvertido en compra de más estupefacientes o bien, en lo que ya es un delito federal como el lavado de activos. El negocio micro tiene a su vez, en su estructura, armas, esas armas que pueden ser para el tráfico, defensa o disputa territorial.

En distintos allanamientos la FPA secuestró este tipo de instrumentos evitando así la comisión de más y nuevos delitos, por eso mismo, nada debe subestimarse, ninguna expresión del crimen organizado, ningún eslabón de la cadena de la narco criminalidad y ninguna herramienta de participación delictiva.

De ésta forma la provincia cuenta con una fuerza especial que lucha contra el Narcomenudeo bajo la generación, cuando es requerido y necesario, de lazos de cooperación y coordinación con las Fuerzas Federales así como también de la Policía de la Provincia.

Todo esto dentro de un plan de Seguridad Ciudadana y prevención del delito donde tenemos dos pilares fundamentales, el primero tomando la Seguridad Ciudadana como un concepto amplio donde trabajamos con el Estado presente en los barrios más humildes brindando inclusión social desde el urbanismo social, la nutrición infantil, educación, salud, deportes, capacitación laboral o sea un camino que no sea el alcohol y las drogas. El segundo pilar es la gestión policial con recursos humanos capacitados, con más equipamiento y tecnología y una mirada social de una policía barrial amiga del vecino, sabiendo que el bienestar de la Familia es fundamental para crear un clima de seguridad.

Por último yo celebro la decisión del Gobierno de la hermana Provincia de Entre Ríos de enviar a la Legislatura el proyecto de Ley que incorpora la lucha contra el Narcomenudeo y desde nuestro Gobierno de Córdoba vamos a trabajar en conjunto para hacerle la vida difícil a los mercaderes de la muerte que envenenan nuestra juventud.

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