Sin muchas explicaciones, para Agmer Federación el rechazo a las netbooks fue una clase de “Formación Ética y Ciudadana”

Según señalaron desde el gremio la difusión del episodio en las primeras horas “no se ajusta a lo ocurrido realmente, sino que sólo respondió a los testimonios de algunos funcionarios involucrados en el hecho, obviando la voz de estudiantes y docentes del establecimiento que hubiese esclarecido la situación desde un principio, eludiendo así las irreparables consecuencias que tuvo su difusión”.
Además expresaron que “quien conozca desde dentro esta comunidad jamás la calificaría de ‘retrógrada’, ‘desactualizada’ o ‘contraria a los avances’, entre tantas otras condenas vertidas ante micrófonos”.
Desde Agmer aseguran que tanto las familias que la integran como los docentes que trabajan allí “siempre se anticiparon a las problemáticas más urgentes de esta escuela, una institución sumamente sensible al crecimiento demográfico de Chajarí y a la extensión de la obligatoriedad de la escuela secundaria”.
Además, es de público conocimiento que docentes y estudiantes hacen uso de múltiples recursos informáticos y tecnológicos en sus aulas desde siempre, mucho antes de que algunos de estos recursos llegaran a la escuela a cargo del estado provincial. “DVDs, Pcs, redes sociales, experiencias estéticas de vanguardia, visitas educativas, confección de afiches y folletos, diseño y confección de apuntes de clase han sido algunas de estas experiencias desarrolladas pura y exclusivamente por esta comunidad, que lo hizo empujada por su compromiso cotidiano por diversificar la experiencia escolar y a pesar de las adversas condiciones educativas reales”, señalaron.
“El dúo ‘tiza y pizarrón’ ha sido superado mucho antes por los docentes que por el estado, basta como certificación de este fenómeno la realidad cotidiana que las declaraciones de los funcionarios desconocen totalmente en su escalada mediática”, indicaron desde la seccional gremial.
En otro párrafo, se sostiene que “ante estos hechos, sostenemos firmemente que tanto el respeto por diversidad de opiniones y expresión como la libertad de cátedra son principios centrales de la convivencia democrática, no son sus enemigos, y que oír la voz de esta comunidad es vital para que la escuela pública se consolide sobre estos aportes, no lo hará si se condena a priori su legitimidad como consecuencias de desencuentros personales”.
Por último, “debemos señalar que, como gremio, no consideramos feliz la frase ‘Quieren que los funcionarios se acerquen al pueblo’ vertida desde el Estado a modo de reproche, pues entre funcionarios y ciudadanos sin funciones estatales no media ningún pedestal ni ninguna barrera, como lo suponen estas palabras. Por el contrario, creemos que para profundizar de una vez nuestra experiencia democrática debemos estar todos plenamente convencidos de que la relación que debe existir entre los ciudadanos sin funciones públicas –pero con fuerte compromiso con la realidad cotidiana de nuestro pueblo, como en este caso- y aquellos que asumieron la responsabilidad de representarlos en el ámbito estatal debe ser directa, porque sólo nos distinguen las particulares características de nuestros roles en esta coyuntura concreta. Nada más”.

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