La normativa recientemente convalidada por el Concejo establece que los concesionarios que comercialicen motos sin cumplir con los requisitos establecidos recibirá una multa de entre 50 y 200 juristas, dependiendo del incumplimiento total o parcial de los mismos. “Sólo resta que sea promulgada por el Ejecutivo”, dijo el edil Alberto Armanazqui (PJ).
“No es una normativa que la hemos inventado nosotros sino que ya se están aplicando en otras ciudades y no sólo aplicando sino cumpliendo que creo que es lo más importante”, manifestó el edil. Incluso, el edil sostuvo que hace 25 días recibió de su familia una moto como regalo de cumpleaños que fue adquirida en Paraná. “Vino con todo, con seguro por 30 días, con casco y tenía 72 horas para patentarla. Sino me correspondía una multa al momento de inscribir”, manifestó Armanazqui.
En cambio, el proyecto de ordenanza que también se aplica en otras ciudades pero en Concordia hasta el momento no tiene perspectivas de llegar a buen puerto es el “sin Casco no hay Nafta”. El edil recordó que ya mantuvieron dos reuniones: una con el gremio de los playeros y otra con los propietarios de estaciones de servicio. Ambos sectores plantearon que no les corresponde ejercer el rol de policía municipal.
Como alternativa, ofrecieron contribuir con afiches y cartelería a colocar en las estaciones para concientizar a los motociclistas sobre la importancia del casco. “Se está trabajando al respecto para comenzar a repartir y a difundir como un tema de prevención”, manifestó.
Por ahora, no hay plazos para que los estaciones presenten los afiches. “Fue un acuerdo de colaboración que no tiene un tiempo estipulado. El Consejo en Comisión que fue la comisión que los citó hace 20 días”, recordó. Por ende, dijo que si transcurre un mes sin novedades, los volverán a convocar para saber que grado de avance tiene la impresión de los afiches y los carteles.
Por otra parte, Armanazqui no dudó en señalar que hay un problema cultural de fondo. “Si nos moviéramos en un nivel cultural donde cada uno respetase el derecho de los otros, no habría necesidad de tener tantos inspectores para el cumplimiento de las normas”, dijo. “Cuando no era obligatorio el cinturón de seguridad en nuestra ciudad, cruzábamos la frontera y automáticamente nos poníamos el cinturón”, ejemplificó.