Sin bombas de estruendo y con un Corsódromo repleto, el Carnaval de Concordia brilló en su segunda noche

UN CARNAVAL QUE CRECE AÑO A AÑO

Si algo debe destacarse de este carnaval concodiense, es el enorme esfuerzo de las comparsas para mostrar un esplendor cada vez más entusiasmante año a año. Todas y cada una de las escuadras carnavaleras se esmeran por ser mejores y lo vienen logrando, esa es la impresión que cualquiera puede escuchar de boca de los vecinos que suelen concurrir a esta fiesta y que lo vienen haciendo cada año.

Ese es el hecho más destacable. En esta edición por ejemplo Ráfaga, la comparsa más ganadora del carnaval de Concordia y la más antigua de las que actualmente están en competencia, se despachó narranando su propia versión de la historia de la cerveza. Cuentan por ejemplo como fue que la bebida originaria de los pueblos bárbaros fue sobreviviendo, para llegar a nuestros días y transformarse -junto con el vino-  en una de las más conocidas en todo el mundo.

En tanto, Emperatriz, la segunda más campeona, identificada con los colores verde y blanco festeja en esta edición sus primeros 10 años de vida y están todos invitados a la fiesta. Es por eso que entre las diferentes escuadras desfilan alusiones a comparsas como Ráfaga o Imperio y recuerdos para agrupaciones ya desaparecidas, como el caso de Arlequín y Su Comparsa. Sin olvidar la remembranza de las distintas puestas en escena de la propia Emperatriz en toda esta década.

Por su parte la multicolor Bella Samba que puso en escena una alegoría a la declaración de la independencia de nuestro país que ya cumple dos siglos de existencia en este 2016.

Y por último Imperio, una agrupación que año a año nos cuenta de cómo es el carnaval en otros pueblos hermanos, lo hizo con Cuba y este año nos muestra el de nuestros hermanos bolivianos.

Imposible no destacar en este juego musical con el que entusiasman tanto al público pese a expresiones tan diferentes en las raíces musicales, el papel increíble del grupo musical de esta comparsa.

 

NUESTRO Y SIN TUTELAS

No es un simple dato preguntarse como irá este carnaval edición 2016. A diferencia de años anteriores, esta vez, el municipio hace una apuesta a utilizar de la mejor manera sus recursos humanos y apostar a un carnaval bien organizado por el mismo estado sin tener que recurrir a privados para que lo puedan concretar.

Si todo sale bien como parece (es destacable la organización dentro y fuera del predio), se cae la idea de quienes afirman que el Estado es un mastodonte incapaz, sin reflejos y atestado de gente con pocas ganas de trabajar.

Por empezar el precio de las entradas está demostrando que es un elemento central a tener en cuenta cuando hablamos de una fiesta popular. No es una casualidad que tanto la primer noche como ayer, las gradas hayan estado repletas de público.

Un privado lo primero que hubiera hecho es calcular la inflación que se produjo entre febrero del año pasado y este y la entrada hubiese sido de casi el doble. Eso solo ya alcanza para reivindicar que del carnaval, una fiesta tan popular y por la que tantas personas se entusiasman y vibran, se tiene que hacer cargo.

Vendrá luego la hora de pagar los premios, como corresponde. Y allí también habrá que demostrar que es mejor el Estado antes que un privado. Solo resta recordar que el año pasado las comparsas debieron aguantarse una amansadora para cobrar y lo lograron en cuenta gotas.

No fue menor esa situación, las comparsas son las gallinas de los huevos de oro, hay que cuidarlas, alentarlas y respetarlas en toda su dimensión, son sin ninguna duda las que hacen posible que este carnaval sea cada vez más exquisito.

Aquí sí, interviene el talento privado, aquí sí es donde hay que apostar al ingenio de cada uno tanto para descollar con los diseños y las propuestas cada año, como para que se las rebusquen económicamente, algunos acudiendo a un concepto empresario y otros a un estilo cooperativo donde todos dan un poquito de si para que las cosas mejoren año a año

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