Sin apoyo de Cambiemos, el Congreso repudió el golpe de Estado en Bolivia

La declaración enfatiza un «profundo repudio al golpe de Estado perpetrado del 10 de noviembre de 2019 en el Estado Plurinacional de Bolivia» y al mismo tiempo convoca «a todo el arco político de la región a exigir el cese inmediato de la persecución y violación de derechos humanos de funcionarios, dirigentes políticos, sociales, sindicales, feministas y de la población en general».

Las posturas de los distintos bloques sobre la situación en Bolivia quedaron claras y fueron expresadas por sus distintos referentes, al momento en que les tocó hacer uso de la palabra.

Por parte del peronismo, Felipe Solá expresó: «Los parlamentos mundiales deben poner un límite claro y contundente». Y agregó: «Si aprobamos esta condena vamos a contribuir a la pacificación en Bolivia».

Nicolás del Caño, por el PTS – Frente de Izquierda, destacó: «Está más que claro que hay un golpe cívico-policial-militar-eclesiástico. Queremos plantear nuestro repudio, nuestro rechazo», y apuntó contra «la injerencia de los Estados Unidos» a partir del apoyo de Trump.

Y completó: «Es importante que se haga un pronunciamiento aquí. Pero lo fundamental está en la movilización que hoy se está dando. En la resistencia del pueblo boliviano a este golpe de Estado. Como lo hemos visto en los últimos días en la ciudad de El Alto y en muchas otras regiones de Bolivia, donde decenas de miles que se movilizan están siendo reprimidos por la Policía. Esa heroica movilización popular es el camino para derrotar a los golpistas”.

Por parte del oficialismo hubo diferentes posturas. Por un lado el diputado radical Suárez Lastra consideró: «Me resisto a la discusión semiótica. Si queremos llamarle golpe, llamémosle golpe. Creo que es un golpe. Pero también llamamos a las cosas por su nombre. El miembro informante habló de errores en el proceso electoral. Eso se llama fraude y es un robo a la soberanía del pueblo». Por el otro, la diputada Ana Clara Carrizo, del espacio de Martín Lousteau e integrante del interbloque de Cambiemos, pidió dejar de lado las tautologías y llamar a lo que sucedió por su nombre, un golpe de Estado.

Pero la intervención más rabiosa vino de la mano del diputado Fernando Iglesias. Con tono sobrador, Iglesias aseguró que sentía «vergüenza al estar en una sesión en donde de un lado de los carteles dice ’No al golpe’ y del otro ’Fuera Piñera’», en referencia a los mensajes que mostraban en sus bancas los diputados del Frente de Izquierda.

Rápidamente fueron muchos los derechistas que se alinearon bajo esa absurda idea que busca comparar un golpe protagonizado por la derecha, la Policía, las Fuerzas Armadas y el respaldo de los Estados Unidos, con una rebelión popular que busca liquidar la herencia de la sangrienta dictadura pinochetista, la desigualdad y la opresión de un régimen profundamente injusto.

El pronunciamiento del Congreso Nacional contrasta con la posición política del Ejecutivo que hasta el día de hoy se niega a llamar al golpe por su nombre. Al mismo tiempo, es una señal política hacia el exterior que condena la acción impulsada por Trump, la OEA y la derecha regional.

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