Respecto a Miguel Torrealday, socio del Instituto Privado de Pediatría (IPP), Sobko dijo que manifestó tener “mucho interés en que esto se esclarezca, que está preocupado, que quiere que se conozca la verdad”. “En el discurso estamos coincidiendo pero después en los hechos no han hecho más que aportar libros de registros”, señaló.
La mujer no minimizó la importancia del libro de registro donde figuraban Sabrina Gullino, luego recuperada, y su hermano hasta el día de hoy desaparecido, con el nombre de Facundo. “Fue clave en su momento entregar los libros a Estela de Carlotto”, indicó.
No obstante, al momento de explicar como fue que los menores ingresaron como NN desde el hospital Militar en plena dictadura, el médico explicó que ese trámite iba por otra vía, más bien de carácter administrativo, antes que medicinal. “Que ellos no sabían”, dijo Sobko.
La integrante de HIJOS señaló que el médico se imaginó que, luego de haber tomado contacto con Carlotto hace cuatro o cinco años, a partir de ese momento toma conciencia de que había hijos apropiados ilegalmente y que la Justicia estaba investigando esos delitos. “Desde ese momento nunca manifestó que tuvo una reunión con los cuatro dueños del IPP (Instituto Privado de Pediatría). Alguno de ellos es responsable de que esto figure así”, indicó
Los bebés ingresaron como NN, estuvieron cerca de 20 días en el IPP y durante ese lapso ningún familiar fue a visitarlos. “El hecho era vox populi entre las enfermeras y el personal administrativo pero entre ellos no”, dijo Sobko. Recién les llamó la atención cuando revisaban los libros antes de asumir un cargo en el sistema de salud de la provincia. “Fue a consultar los registros y se encontró con esto”, señaló.
En consecuencia, de ese testimonio no se puede establecer con claridad quien ingresó a los menores, quienes lo fueron a buscar, como fue la entrega de esos bebés. Lo llamativo era que, en plena época de la dictadura, venían desde el hospital militar.
Sabrina Gullino fue entregada a un convento. “Es decir que alguien la sacó del IPP y se la dio a alguien de las fuerzas de seguridad o bien fueron ellos a buscarla al IPP. Es decir hay una serie de irregularidades que la corporación médica colaboran entre ellos para quedar con las manos limpias. En definitiva siguen apostando a las mentiras, al ocultamiento. Estamos viendo en esta causa particular como actúan los médicos”.
Por último, Sobko señaló que “nunca se hubiera podido llevar a cabo la dictadura, nunca se hubiera podido las fuerzas de seguridad aniquilado a un sector de la sociedad sin un acompañamiento civil. En este caso es la corporación médica y una empresa”.