“Yo siempre creí que Marcelo D’Alessio era un agente de inteligencia que colaboraba, honestamente, con la fiscalía de Mercedes a mi cargo”, afirmó Bidone en un escrito que presentó ante Rodríguez. En las antípodas del fiscal federal Carlos Stornelli, declarado en rebeldía luego de faltar cuatro veces a prestar declaración indagatoria, su colega recordó que había dos juzgados y una fiscalía provincial investigando hechos similares, consideró que esa “persecución penal múltiple” lesiona sus garantías pero se manifestó “a entera disposición del tribunal” para “que no se malinterprete una inasistencia hasta tanto se resuelvan las cuestiones de conexidad”.
Bidone escribió que conoció a D’Alessio “como agente o delegado de la DEA (me mencionó que también tenía vínculos con la NSA)” y que también “se presentaba como integrante (nunca aclaró si orgánico, inorgánico o colaborador) de la AFI”, de la que “se mostraba muy cercano en atención a algunos de sus miembros” como Barreiro, Ricardo Bogoliuk y Aníbal Degastaldi, ambos procesados por Ramos Padilla. Barreiro había colaborado en la investigación sobre el triple crimen de General Rodríguez y, a pedido del fiscal, le presentó a “dos personas de inteligencia”: D’Alessio y Claudio Alvarez. El fiscal admite que le pedía información y le aportaba datos aunque nunca “tareas de seguimiento” ni trabajos ilegales.
“No dudo que fui engañado” por D’Alessio, afirmó, y se incluyó entre “autoridades provinciales y federales que fueron defraudadas”, entre quienes mencionó a la ministra Patricia Bullrich, cuanto menos por la publicación de la foto juntos en el contexto de la entrega del traficante de efedrina Ibar Pérez Corradi. Que está ligado a la inteligencia “no tengo dudas” pero “para quién trabaja, hoy no lo sé”, escribió, diferenciando el presente de 2016, cuando se lo presentó Barreiro.
En las 16 fojas del escrito, Bidone subrayó una sola frase: es la que expresa su sorpresa de que “nadie advirtiera los intereses espurios que evidentemente perseguía esta persona” y de que “ningún órgano de inteligencia ni local ni extranjero advirtiera que este sujeto no revestía ninguna función en ningún organismo de inteligencia”. Vale recordar que ni la AFI ni la embajada de Estados Unidos admitieron que trabajara en sus filas. “Muy extraño, ya que por como se relacionaba y actuaba debía ser sumamente conocido por todos ellos”, remarcó.