Cabe señalar que en Chajarí son doce las personas que sufren de SIDA, casos que están declarados en el hospital Santa Rosa, donde reciben el tratamiento pertinente. El infectólogo Eduardo Elías, integrante del Programa ETS/SIDA de Entre Ríos, concurre periódicamente al hospital para atender a éstos pacientes, quienes reciben la droga a través del mencionado programa.
La pregunta que surge es si esos casos son los únicos, habida cuenta de la sospecha que existe de casos que no son declarados por la medicina privada, por miedo del infectado a sufrir discriminación, porque cuenta con medios para adquirir la droga o porque se decide por un tratamiento en otras provincias o países.
En tanto, la intención de las autoridades de Chajarí mediante la firma del convenio es llevar adelante un estudio epidemiológico de la población, para lo cual se elaboró un proyecto, incorporado a otro en conjunto entre las ciudades de Chajarí, Federación y Concordia y que fuera presentado al Fondo Global de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
Por otra parte, por estar ubicada sobre la ruta nacional 14, Chajarí es una localidad de tránsito y en varias oportunidades se ha puesto en debate la situación que se genera en torno a las trabajadoras del sexo. Lo cierto es que aquellos lugares que funcionan como prostíbulos no están reconocidos como tal, sino que se encuadran dentro de la categoría Wiskerías, lo que dificulta el control de las personas que allí trabajan. En este sentido, también debemos incluir a quienes ejercen la prostitución independientemente de esos comercios. Los controles dependieron históricamente de la voluntad de las trabajadoras, de los dueños de los mencionados locales, de la actuación de oficio de la fuerza policial en acuerdo con los profesionales bioquímicos. Es dable recordar que hace algunos años, cuando ocupaba una banca en el Concejo Deliberante de Chajarí, el bioquímico Oscar Casas había planteado esta situación, aunque nunca llegó a concretarse en un proyecto por el marco legal que se presentaba. Su intención era llegar a un acuerdo entre las partes, aplicando el sentido común y efectivizando los controles.
En el servicio de laboratorio del hospital Santa Rosa no se observa la presencia masiva de trabajadoras del sexo que realicen periódicamente el control en lo atinente a las enfermedades de transmisión sexual.