Si querés fumar, fumá

En junio de 2008, se aprobó una ordenanza donde se establecían normas de convivencia a los efectos de limitar el contacto con el humo del tabaco con aquellas personas no consumidoras o fumadores pasivos. La iniciativa, presentada por el concejal Martín Santana (PJ), establecía diversas pautas que debían cumplir los lugares públicos cerrados atinentes al consumo de cigarrillos, amén de establecer campañas de información y educativas a través de los medios masivos sobre las patologías vinculadas con el tabaquismo y la creación de programas de asistencia gratuita para las personas interesadas en dejar de fumar.
Los locales cerrados debían precisar los metros cuadrados de superficie, a partir de los cuales se podrán establecer zonas de fumadores y no fumadores. Si no se cumplía con una superficie mínima (no establecida), el local no podrá poseer espacios separados para fumadores y no fumadores, “debiendo ser por ende, todo el local, habilitado solo para no fumadores o solo para fumadores”.
La norma abarca a restaurantes, bares, confiterías y casas de lunch, «cybers», salas de recreación, «Shopping» y/o paseos de compras cerrados, salas de teatro, cine y otros espectáculos públicos, salas de fiestas o de uso público en general, cabinas telefónicas, recintos de cajeros automáticos y otros espacios de uso público de reducido tamaño, estaciones terminales, etc.
En el artículo 8º se estableció que las zonas habilitadas para fumar, “deberán estar debidamente señalizadas, apartadas físicamente del resto de las dependencias, no ser zonas de paso obligado para la población no fumadora y disponer de sistemas de ventilación independientes u otros dispositivos o mecanismos que permitan garantizar la purificación de aire, la eliminación de humos, minimizar su impacto sobre los empleados de los mismos”.

Falta de controles

Santana declinó opinar sobre el cumplimiento de la normativa aunque dio a entender que no se respetaba. En consecuencia, DIARIOJUNIO consultó en Inspección General para saber si se estaba controlando la situación de los locales cerrados. En Inspección respondieron que es un tema del que debe ocuparse Saneamiento Ambiental debido a que involucra la “contaminación del aire”.
Justamente, Ema Carmona, directora de Saneamiento Ambiental, admitió que la principal traba para hacer cumplir con la normativa es la falta de unidad entre las diferentes reparticiones debido a que trabajan por separado. “Son varios los aspectos que hay que considerar: si hay que hacer alguna construcción para separar los locales, el área de fumador y no fumador, la parte de salud, de ambiente, de habilitaciones”, dijo. En consecuencia, no sólo debe intervenir Inspección General sino también Obras Particulares, etc.
“Es una norma de bastante difícil aplicación y es por eso que empezamos a trabajar para unificar criterios y ver la manera operativa de empezar a trabajar para hacer cumplir esas normas legales”, señaló la encargada de Saneamiento. “La intención es trabajar este tema porque nos preocupa. Más ahora en invierno porque los ambientes están más cerrados y la gente no fumadora se ve afectada porque es fumador pasivo”, expresó.
Además Carmona aseguró que hasta el momento sólo hay una resolución del Concejo Deliberante que adhiere a la ley provincial. “Esta ley establece que en primer término hay que hacer educación y difusión de esta normativa”, señaló. Por ese motivo, admitió que hay lugares donde se fuma como si no hubiera ninguna prohibición como, por ejemplo, bares o boliches.
A diferencia de la ordenanza, la ley provincial prohíbe directamente el fumar en los espacios cerrados. Y Carmona confirmó que están trabajando con la ley. “Por lo menos, para empezar, nosotros estamos tratando de que en nuestra área nadie fume dentro. Que vayan a la terraza que tenemos en el inmueble. Y en la municipalidad salen a los patios. Y bueno, empezamos por casa”, indicó la encargada.
De cualquier forma, volvió a insistir con los criterios de educación. “Muchas veces por ahí no es que haya mala voluntad de no hacer cumplir sino por desconocimiento. Muchas normas no se cumplen por eso”, indicó. “Falta la parte de difusión que sería lo primero que habría que hacer en primer término”, señaló Carmona.
La falta de un organismo que controle deja en manos de los propietarios de los locales el cumplimiento o no de la iniciativa. En consecuencia, se puede encender un cigarrillo sin problemas dependiendo del lugar en donde uno se encuentre. Por ejemplo, en la Cooperativa Eléctrica aseguraron los empleados de seguridad privada que no permiten que nadie fume por órdenes de Recursos Humanos. En cambio, en la municipalidad, excepto en Saneamiento Ambiental, se puede ver gente fumando en los pasillos o dentro de las oficinas.
En los dos bares céntricos más importantes se puede fumar libremente. En ambos hay sectores determinados para fumadores y no fumadores pero no están separados por ninguna barrera física y no hay mecanismos de extracción de aire en el sector de fumadores. En Cristóbal, los mozos suelen sugerir a los clientes que si prenden uno, se sienten en el lugar correspondiente. Pero la encargada aseguró que no recibe quejas de los clientes si alguien prende un cigarrillo por lo tanto no es extraño que se fume en cualquier lado del local. En el Ideal hay carteles que señalan la zona para fumadores y admiten que hay clientes que vienen desde hace muchos años, que tienen esa costumbre muy arraigada y se pueden enojar si se les pide que lo apaguen.

La percepción de la gente

Alejandra, una mujer que esperaba ser atendida en el banco Bersa, dijo que notó el olor a cigarrillo en lugares cerrados más reducidos que la entidad bancaria. “No en un lugar tan amplio como es el banco”, explicó. Alejandra señaló que no suele prestar atención a su alrededor para ver si alguien está fumando sino que siente el olor a cigarrillo. “No lo he notado acá en el banco lo que no quiere decir que no estén fumando. La verdad es que tampoco he prestado atención a si alguien está fumando”, indicó.
La mujer admitió que le fastidia el olor al cigarrillo. “A mí particularmente me molesta. Nosotros no tenemos en la familia gente que fume. Entonces es como que se siente más cuando estás en un lugar reducido y hay gente que está fumando”, señaló Alejandra.
Por su parte, José dijo que percibió ciertos cambios en la conducta de los fumadores. “Notamos con mi pareja que a veces salimos a cenar afuera que hay restoranes acá en Concordia donde hay lugar para fumadores y lugar para no fumadores. Se nota que hay un respeto para el resto que no fuma”, indicó. “Eso lo hemos notado en varios lugares de Concordia que frecuentamos”, indicó.
No obstante, admitió que a veces no hay ninguna identificación del lugar asignado y para sentarse se guían por lo que ven. “Hay gente que no está fumando y gente que en otra parte sí”, expresó José. Además dijo que el humo molesta a quienes no fuman y se percibe desde “una distancia bastante importante”.
En tanto, Elia dijo que: “lo poco que veo, yo que fumadora no soy ni tengo ese vicio y no concurro a partes donde estén fumando diariamente, pero e los pocos lugares que estoy no veo gente fumando como era antes”, señaló. “Antes se veía mucho más gente: criaturas y personas grandes fumando constantemente”, acotó.
Como ejemplo, Elia citó lo que vivió días atrás en un hospital público. “Salió el doctor y a una persona que estaba fumando la hizo apagar el cigarrillo”. Y aseguró que cuando entra a un banco, “donde hay un mundo de gente, no está fumando nadie”.
Otra vecina, “Chela”, opinó diferente a las demás personas consultadas. “Sigue exactamente igual como antes y peor todavía, tanto de fumar como de tomar”, expresó. El problema está “en todos lados: Veleta, Ideal, Cristóbal, adonde vas”. “Hasta cuando vas en un remmise, el chofer va fumando”.
La mujer recalca su indignación porque aseguró que nunca fumó en toda su vida. Y aspirar el humo ajeno “hace más mal al pasivo que al que fuma, al activo”. Y luego la emprendió contra la falta de respeto que exhibe cierto sector de la sociedad hacia los demás y de adopción de pautas de convivencia. “No se cumple para nada. Acá las ordenanzas es lo que menos se cumple y cada uno hace lo que quiere. Siempre fue así y o lo invente yo ni lo voy a mejorar yo y es cada vez peor”, dijo “Chela”.
Incluso, descartó que quien enciende un cigarrillo en un lugar cerrado no sepa que no está permitido. “Se hace la desentendida, que no va a saber, por favor que no van a saber”, subrayó la vecina.

Una norma más exigente

En realidad, la normativa vigente a nivel provincial es más rigurosa aún. Una ley aprobada en septiembre de 2008 en la Cámara de Diputados de la Provincia, denominada “Entre Ríos Libre de Humo de Tabaco” establece lisa y llanamente, en su art. 2º, que: “queda prohibido fumar en todos los ambientes cerrados con acceso al público en general, tanto en el sector público como en el sector privado. Quedan comprendidos los espacios comunes a los ambientes cerrados. Entendiéndose por espacio común los pasillos, escaleras, baños y vestíbulos”.
Entre las penalidades, se establece que el titular o responsable del establecimiento que permita el consumo de productos del tabaco en el lugar, será sancionado con multa cuyo importe será equivalente al valor de cien (100) paquetes de cigarrillos de veinte (20) unidades, al precio de mercado de la marca más cotizada. En caso de incurrir en posteriores incumplimientos la multa se incrementará en un cincuenta por ciento (50%) por vez”. Además se admite “la clausura por el término de treinta (30) días, cuando el establecimiento incumpla con las obligaciones en más de tres (3) oportunidades”.
La realidad es que evidentemente la ley no se aplica en muchos lugares. Por ello, el diputado dijo el mes pasado que está preparando toda la documentación pertinente para presentarse ante la Justicia de Entre Ríos y solicitarle que en el marco de la nueva Constitución Provincial, según lo establecido en el artículo Nº 62, se requiera a las autoridades del Poder Ejecutivo Provincial y a los Poderes Ejecutivos Municipales que se dé cumplimiento en forma inmediata a la reglamentación de este marco jurídico, según informaciones publicadas en la prensa.

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