“Si la exportación no existe se termina la citricultura de Entre Ríos”

“Si la exportación no existe se termina la citricultura de Entre Ríos” resume la nota de CECNEA, aludiendo al reconocido efecto multiplicador de la actividad. “Sin embargo carecemos absolutamente en su gobierno de un interlocutor o al menos un funcionario que atienda y entienda nuestra actividad y la gran importancia económica social que reviste”, señala el escrito.
El citrus sufrió un duro golpe en las últimas semanas, luego de que Europa diera por finalizado anticipadamente el ingreso de la fruta argentina, mientras que Rusia bloqueó de manera temporaria toda importación frutícola desde la Argentina a partir del 1º de octubre.
Los productores-exportadores de Entre Ríos están preocupados por la marcada pérdida de competitividad ante Sudáfrica y Australia, dos competidores que, además de estar más cerca de los puertos europeos, no padecen el retraso cambiario y las subas de insumos y mano de obra que se registran en Argentina, y cuentan con el respaldo decidido de sus respectivos gobiernos para la conquista de nuevos destinos para sus productos.
Además de un espacio de diálogo para definir las políticas a seguir ante los actuales desafíos, CECNEA pide la renovación y actualización de los fondos de asistencia financiera que desde el año 2005 venía aportando el Estado entrerriano, destinados al programa de limpieza de plantas para la Unión Europea, que es vital para seguir en dicho mercado y acceder a otros, como los Estados Unidos.
Oficiando la Cámara como garante del cumplimiento de las obligaciones de sus asociados, “hemos recibido asistencia financiera mediante el Finver (Fondo de Inversiones de Entre Ríos) que hemos utilizado exclusivamente para la sanidad de nuestras plantaciones, devolviendo al finalizar el año las sumas asistidas con intereses y previo seguro de caución a favor de la Provincia; es decir, un programa de millones de plantas, serio por donde se lo mire”, recuerda la carta.
La limpieza de plantas, que es auditada por la provincia, se lleva a cabo una vez terminada la cosecha, asegurando que no menos de 8000 personas conserven su trabajo y su ingreso mensual también durante el verano.
El desconcierto que provoca en los exportadores la ausencia de diálogo y la inexistencia de un interlocutor oficial a quien hacerle llegar las inquietudes, queda reflejado en forma nítida en otro pasaje de la nota, donde expresan: “Parecería que no se entiende que todos nosotros somos productores, que tenemos nuestras quintas en estado de excelencia y hemos trabajado seriamente para poder exportar y tender a mejorar la calidad de vida de nuestros comprovincianos”.
La producción y exportación citrícola nuclea en forma directa e indirecta a más de 30.000 trabajadores formales.

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