"Sentía culpa de que algún niño pudiera estar viviendo algo similar"
En abril del 2015, las hermanas Constanza y Mercedes hicieron pública la denuncia contra su tío, el bioquímico Carlos Ríos, por el delito de “Abuso Sexual gravemente ultrajante agravado en concurso real” desde que los 5 y hasta alrededor de los 12 años. “Hice la denuncia porque sentía que lo que me había pasado tenía que ayudar de alguna manera, no podía seguir condicionando mi vida y sentía culpa de que alguien pueda estar viviendo algo similar y que por mi silencio esa persona este contacto con otros niños y lo siga haciendo”, comenzó Constanza. “Estas personas siempre se manejan de la misma manera, son carismáticos y compradores por un lado, pero monstruosos”, agregó.
“Hice la denuncia en la justicia en el año 2015 pero yo sabía que él seguía su vida normal y viviendo a una cuadra de mi casa. Y cuando me senti preparada, decidí hacerlo público”, explicó la víctima quien recordó que si bien su familia ya lo sabía, ella misma había pedido que se callaran porque no se sentía capaz de atravesar una situación semejante. “La sociedad es muy cruel. Te piden detalles de cómo había abusado de nosotras, detalles que yo prefería contar en la justicia y cuando se enteran te juzgan y señalan”, sentencio. “Cuando mi familia supo de lo que había hecho, él minimizó todo pero no lo negó. Hablaba como si se hubiese tratado de un desliz, pero fueron 7 años de abuso agravado”, comentó.
La importancia de la Educación Sexua para prevenir y del dialogo para contar
Como pasa en la mayoría de los casos, los abuso sque hoy en día salen a la luz refuerzan la necesidad de implementar la Educación Sexual Integral en las escuelas a manera de prevención para los niños y de que tengan la certeza de están siendo ultrajados. “Si en esa época alguien hubiera dicho algo, me hubieran dado el pie para identificar lo que me estaba pasando, yo lo hubiera contado. Pero en esa época no se hablaba de abuso sexual, ni se mencionaba”, afirmó. “Si bien yo era muy chiquita, sabía que algo estaba mal y que tenía que mantener el secreto: un secreto que me representaba una carga enorme y te genera culpa, una culpa que me duró hasta la adolescencia de reprocharme porqué seguía yendo a esa casa”, contó.
“Y lo cierto es que a esa edad uno hace lo que sus papás le dicen y nadie iba a imaginar algo así”, reiteró. Incluso, la joven pudo recordar que luego de años de silencio y del dolor que eso significaba, logró un día contarle algo a una adulta: “Tenía 12 años y esa adulta me dijo que estaba celosa o tenia envidia de mis primas porque ellas tenían papá y yo no. Y yo le creí. Imagínate que años esperando que alguien te dé el pie para hablar y cuando lo hice, me respondió eso”, lamentó. “Y ahí pensé que tenía razón y que debía seguir callada y eso hice”. En ese contexto, Constanza reitera que hoy a un chico le respondes eso y sabe que no es verdad, porque es conciente de que están dañando su cuerpo.
La justicia les dio un cachetazo, pero no las frenó.
En abril de este año, DIARIOJUNIO publicó que Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos hizo lugar pedido de impugnación extraordinaria interpuesto por el bioquímico y por lo tanto declararon la extinción de la acción penal. A pesar de que Ríos había sido condenado en todas las instancias judiciales por el delito de “Abuso Sexual gravemente ultrajante agravado en concurso real” contra dos de sus sobrinas, el máximo tribunal de justicia decidió “declarar la prescripción de la acción penal y dictar el sobreseimiento por “prescripción de la causa”
“Fue una enorme decepción. Ya habíamos superado casi todas las instancias, él mismo se había declarado culpable pero lo dejaron en libertad porque había pasado mucho tiempo”, explicó Constanza. “Parece que no fuera culpable, pero sí lo es y está libre. Entonces es como que no paso nada”, afirmó. “Por un lado la causa prescribió, pero sé que si hubiese hecho la denuncia 10 años atrás no hubiese llegado a nada porque todo lo que paso y en lo que se avanzó es por el contexto que estamos viviendo. Mas allá de la decisión final, tenemos que terminar con esto de minimizar todo y de hacer como que no paso nada. A estas cosas hay que hablarlas y denunciarlas”, afirmó. Finalmente, la causa fue elevada al Superior Tribunal de Justicia de la Nación. “No bajamos los brazos, fue una cachetada que no nos paro. Ya no le tengo miedo y sé que él es el único culpable”, concluyó.