Los problemas no comenzaron el 20 de marzo pasado en el Salto Grande. Ya venían golpeados por los aumentos de los costos de los servicios públicos que afectaron al mismo club y a la clase media que forma la base del padrón de socios. “Vos te imaginas que todos los aumentos indiscriminados en el rubro energético golpearon en las casas de familia. El hecho de sacar el subsidio y elevar el costo de la energía a todos nos golpeó. En casas de familias del socio común y eso repercute en el pago de la cuota. Y a su vez haciendo malabares nosotros para mantener un club grande con muchas disciplinas. A todos nos golpeó y no pudimos equilibrar la balanza”, dijo.
En el Salto Grande, la pileta climatizada se quedó sin gas natural en octubre de 2019 ya que Gas Nea cortó el servicio. “Empezamos las tratativas para ver cómo solucionar el tema de la deuda” dijo. Debido a las temperaturas elevadas del verano, la pileta siguió funcionando aunque la caldera no funcionaba. Pero cuando comenzó el otoño, llegó la pandemia y el cierre del club. La deuda no se resolvió y desde la presidencia del club desconocen cómo se saldrá adelante aunque saben que las piletas serán lo último en habilitarse.
Respecto del consumo de luz, Passini dijo que acudieron a la reunión con la CEC (Cooperativa Eléctrica de Concordia). “Estamos en una encrucijada: ellos están endeudados, nosotros estamos endeudados con ellos. Y no tenemos ingresos”, dijo. No obstante, en el club están tranquilos porque el gobierno nacional no permite que haya cortes de luz.
“Yo tengo 1.200 socios pero decir que los 1.200 socios nos acompañan con la cuota eso es otro tema”, precisó Passini. La cuota vale $ 1.900 para los grupos familiares pero decidieron una reducción del 30 % para recuperar la cobranza cuyo porcentaje de pago disminuyo “significativamente”. “Gracias a Dios tenemos muchos socios que han comprendido la situación y están pagando la cuota social”, dijo. Passini se amparó en un artículo del estatuto que señala que cada socio es dueño de una parte del club y sus instalaciones y eso hay que mantenerlo.
“Y yo tengo el compromiso de mantener el sueldo de los empleados”, dijo. El mes pasado, el club accedió a los créditos del gobierno nacional para abonar parte de los sueldos de los 15 empleados. “Estamos en continuo diálogo con el sindicato, porque tenemos ahora el aguinaldo. Ya tenemos un acuerdo de cómo se lo vamos a pagar”, remarcó.
En este momento, los empleados no tienen habilitación para ir a trabajar ni la secretaría para funcionar. Passini sostuvo que están haciendo las tratativas necesarias para que se habiliten. Además manifestó que la prohibición de abrir en los clubes es una disposición del gobierno nacional. Pero como la Nación ya dio el visto bueno a algunas actividades para que las maneje la provincia, con protocolos manejados por los municipios, estimó que irán abriendo de a poco el club para las diferentes disciplinas que se practican.
“Se está hablando de tenis pero no puedo avanzar sin una orden especifica ordenada por el gobernador y refrendada por el intendente”, recalcó. Al mismo tiempo, sostuvo que están elaborando un protocolo que establece el pedido de turnos por secretaría previo a concurrir para ir a practicar alguna disciplina para ordenar el ingreso y egreso de los socios aunque sabe que será mínimo el movimiento al principio. “Una vez que entren a la cancha de tenis, se van a manejar con un protocolo que enviará la Federación Argentina de Tenis”, dijo.
De la misma forma, pidió paciencia a los socios porque las habilitaciones saldrán de a poco. Especialmente los deportes que implican contacto y de numerosos participantes: hockey, básquet, futbol y rugby. “Tenemos que estudiarlas mucho, sobretodo el cuidado y el respeto a las normas que tengamos cada uno de nosotros” señaló.
Además están en contacto con la Federación Entrerriana y la Federación Argentina de Clubes. “A través de la Federación Argentina tenemos llegada a Matías Lammens (ministro de Cultura y Deportes de la Nación)”, dijo.
Passini reclamó una lectura a nivel dirigencial de lo que está sucediendo en los clubes. “Damos un servicio incalculable porque en mi época cuando éramos chicos jugábamos en la calle. Hoy en la calle no se puede jugar: para practicar un deporte hay que ir a un club. Nosotros formamos parte de un engranaje muy grande que es la contención social”, indicó.
Por ello, reclamó que comiencen a gestarse políticas provinciales que tiendan a lograr una tarifa diferencial para los clubes y la comunidad que lo necesita. “Seguimos con la de siempre: tenemos a Salto Grande acá pero Salto Grande se sienta en Cammesa (Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico). El Estado nacional se sienta en el Enargas (Ente Nacional Regulador del Gas) que es el que controla el gas en el Estado. Tenemos lugares donde ir a hablar y buscar las formas de tener tarifas diferenciales. Pero hay que hacerlas generando una política de Estado. Porque sino los clubes tienden a desparecer”, remarcó.
Regatas
Soto explicó que no tenían ingresos suficientes ni para pagarles a los empleados. “Nos ayudó muchísimo el aporte del Estado. Por el tema legal nos costó un poquito, llegamos un poco tarde”, dijo. De los ocho empleados que había, tres se jubilaron y quedaron cinco con una antigüedad importante. ”Tenemos cinco empleados que hay que mantenerlos”, dijo. No obstante, debido a la colaboración de la Secretaría de Deportes de la Provincia, pudieron acceder a los aportes del Estado. Además deben encargarse de mantener el predio. Los empleados trabajan y cortan el pasto.
Soto remarcó que muchos socios piensan que si no se concurre al club, no hay obligación de pagar la cuota. Pero discriminó entre quienes pueden abonar una cuota y quienes están pasando una situación similar a la del club o peor. Respecto de los primeros, dijo que “no se acercan y no pagan aunque pueden”. No es la primera vez que sucede: con cada inundación se reitera esa problemática.
Respecto del padrón societario, Soto remarcó que uno de los empleados sale a cobrar. Pero sólo abona el 10 % del padrón. “Que cada vez es más chico”, dijo el presidente. “Con cada inundación perdemos masa edilicia y masa societaria”, expresó. El padrón abarca socios infantiles (solo menores de edad), cadetes (adolescentes), adultos individuales, Activo B (matrimonio sin hijos o un padre con un solo hijo), y Activo A (grupo familiar de dos padres y dos hijos). Aproximadamente 300 socios en total. Hace 30 años el club tenia aproximadamente entre 1500 y 2000 socios. “Éramos el único club. Ahora hay un montón”, dijo.
Para poder solventar los gastos, el club firmó convenios con gremios como Agmer, Satsaid (Sindicato Argentino de Televisión Servicios Audiovisuales), Utghra (Gastronómicos). “Eso nos ayudó a pasar el verano”, dijo.
Ayer desde el club enviaron un protocolo para la práctica de remo a la municipalidad. Además sostuvo que el tenis, una disciplina que ha perdido espacio en el club, quizás recupere algunos socios debido a que fue habilitado. Lo mismo con el paddle: una de las canchas fue concesionada y el deporte estaba recuperando protagonismo. “Estamos armando un protocolo para la parte general para los ingresos y egresos tratando de estar listos para cuando se dé la orden, dentro de nuestras posibilidades económicas”, recalcó.
Pero el grueso de la masa societaria proviene del fútbol, un deporte donde la cuota solo se cobra cuando los jugadores entran a la cancha. “Tenemos tres campeonatos y el jugador sino juega no paga”, dijo. “No van a festejar cumpleaños ni usan las instalaciones los fines de semana para jugar a otra cosa: van a jugar exclusivamente al futbol”, dijo. De hecho, recordó un dialogo con un socio que le preguntó porque no habían aprovechado el parate para resembrar la cancha. Soto le pidió que se ponga al día con la cuota dado que “debía bastante” y luego se preguntó de dónde iban a sacar el dinero para invertir en las semillas y el movimiento de suelo cuando no tenía ni siquiera para abonar los sueldos.
El viernes de la semana pasada, varios clubes fueron citados por la Cooperativa Eléctrica. Soto recordó que vienen de soportar una suba de un 700 % de la tarifa de la luz desde 2015 en adelante. A ello hay que añadir que las instituciones que tiene un gasto elevado deben abonar un ítem denominado “potencia”. Para tener una idea, las viviendas están inscriptas en la categoría T1, luego viene la T2 y finalmente la T3 como aserraderos. Los clubes están en esa última categoría.
El problema no solo radica en los montos que deben abonar sino que están obligados a abonarlos aunque no usen el servicio. “Tenés que pagar $ 20.000 o $ 30.000 aunque tengas la luz apagada” dijo. Nuevamente, el problema no es nuevo: se reitera con cada inundación. Les cortan la luz cuando avanza el agua sobre las instalaciones pero la boleta llega indefectiblemente al mes siguiente. Al menos, esta vez desde la CEC les propusieron pagar el consumo de mayo sin el ítem ‘potencia’. Solo pagarían por el consumo de las 20 lámparas que se encienden en el club para evitar los robos “Eso sería un poco una amortiguación teniendo en cuenta que ya se están debiendo tres facturas importantes: marzo, abril y la que llegue en junio, mayo”, dijo Soto.
Tarea pendiente
El compromiso de desmontar el campo minado a nivel tarifario que dejó el macrismo queda cómo una tarea pendiente para el gobierno nacional y para la Provincia en especial el obtener la tarifa diferencial para la zona de Salto Grande. Una promesa de antaño cuya concreción se ve siempre lejana en el tiempo.
Autor: Guillermo Coduri