El hecho luctuoso sucedió el 14 de marzo de 2005 en la esquina de Sargento Cabral y Cortada 53, barrio “Las Tablitas”. Todo comenzó cuando, en horas de la tarde, un joven llamado “Pipo” Zacarías, se acercó a la novia del homicida y le dijo: “no te robo las zapatillas porque viene tu machito y me c… a tiros”.
La joven inmediatamente le contó lo sucedido a su pareja. Esa misma noche, minutos antes de las 20 hs., “Tito” fue a buscar a “Pipo” a su domicilio. Se encontró con su madre y le preguntó por el hijo. “Si se mete conmigo, se mete con el diablo”, aseguran que le dijo a la madre. Inmediatamente, la madre de “Pipo” fue a buscar a su hijo.
Pero antes lo encontró “Tito”, quien le apuntó a una cuadra de distancia con un rifle calibre 22 y le disparó a la cabeza. Un solo disparo, letal, que dio en el blanco…pero de quien estaba al lado de “Pipo”, Carlos González, alias “Carloncho” o “Carlitos”, un menor de 11 años que no tenía nada que ver con los sucesos previos.
“Carloncho” cayó de espaldas, herido mortalmente en la frente, y falleció pocas horas después, a pesar del esfuerzo de su padre, quien lo llevó hasta el hospital rápidamente.
No obstante, a pesar de que algunos escucharon un estampido y otros vieron un fogonazo, debido a la oscuridad reinante ningún testigo vio a “Tito” disparando el arma. Ese dato, sumado a que el arma no fue encontrada, fue utilizado por el Defensor de Pobres y Menores, Maximiliano Benítez, quien defendió a González, para pedir la absolución.
Pero el tribunal, compuesto por Mariela Rojas, Patricia Pérez y Alicia León, valoró los testimonios de los vecinos, quienes ratificaron haberlo visto esa misma noche en inmediaciones de la esquina donde se produjo el fatal desenlace portando un arma larga, y descartó la coartada de “Tito”, quien primero dijo que esa noche estaba en casa de su hermana y luego se desdijo reconociendo que estaba tomando mate en la casa con un amigo.
Además, quien acompañaba a “Tito”, un joven jornalero llamado David Ramírez –que fue absuelto por el Tribunal a pesar de que el fiscal lo responsabilizó como partícipe primario- reconoció el hecho que desencadenó el hecho luctuoso, el entredicho entre Zacarías y la novia de González.
A pesar de que el fiscal había solicitado 15 años de prisión, el Tribunal lo sentenció a 12, cuyos primeros tres los deberá cumplir en el Instituto de Menores de Victoria. Las juezas consideraron como atenuante la corta edad, la situación de vulnerabilidad social debido a la marginación y escasa instrucción de González, quien es analfabeto, y las consecuencias perjudiciales de un encierro prolongado en la cárcel. En consecuencia, la influencia del medio lo predetermina a actuar de esa forma, con “total desprecio por la vida del prójimo”, señalaron las magistradas.
Familiares indignados
Momentos de nerviosismo se vivieron cuando los familiares del homicida, su padre y su hermano, salían mezclados con los vecinos del barrio debido a que una treintena de ellos se acercaron hasta la Sala Penal para escuchar la sentencia. Los familiares de “Carloncho” los rodearon amenazándolos e insultándolos. Sólo la acción de los policías de custodia, quienes se interpusieron entre ambos bandos, evitó que de las palabras pasasen a los hechos en ese mismo momento.
La tensión comenzó minutos antes cuando familiares de la víctima le recriminaron a la jueza Patricia Pérez por la condena, a la que consideraron baja. La magistrada las conminó a abandonar rápidamente la Sala, y les reprocho que hayan ido a “molestar”. Marcelo González, padre de “Carloncho”, explicó que esperaba una condena leve del Tribunal. “Si la señora Patricia Pérez fue la defensora de él como abogada cuando fue juzgado por la muerte anterior, y hoy está como jueza”, expresó.
El padre afirmó que “Tito” es un “asesino que no tiene problemas de matar. Le pegó una puñalada en el corazón a Pizzini, después le pegó un tiro en la frente a mi hijo, no le dio oportunidad de nada. Yo quería la pena más alta porque es la que corresponde”, añadió.
“El hermano (Guillermo González) recién me dijo que íbamos a arreglar, que me iba a ‘cazar’ a los tiros. El mismo acusado me hacía señas desde el interior de la sala de que ya iba a salir”. También habría amenazado a las hermanas de la víctima. “Yo no siento miedo, y la hago responsable a la Justicia de lo que pase” señaló el padre.
Marcelo González, empleados municipal, no excluyó al gobierno de la provincia de lo acontecido con su hijo. “Están preocupados por las encuestas, si (Busti) va a ser vicepresidente o quien va a ser vice, y acá en Concordia pasan estas cosas. No hay salud, no hay educación, no hay Justicia”, reclamó.
“Mi hijo era una criatura de 11 años, que maldad puede tener una criatura de esa edad, iba a la escuela Nº 5 (San José de Calasanz). Tenía un hornito y el trabajaba ahí, tenía unos chanchos y él se dedicaba a eso”, agregó.
Los problemas pueden continuar dentro del barrio. La vivienda del sentenciado se ubica a sólo tres cuadras de la casa del fallecido, y las hermanas viven en el fondo de la casa de “Carloncho”.
Roxana, una vecina, se preguntó porque la condena la debe cumplir en Victoria, “él tiene que estar en una cárcel”, expresó. “Cuando mató al otro muchacho estuvo un año en Victoria y salió libre”. Y luego pronosticó que los inconvenientes en el barrio «90 Viviendas» van a continuar. “Nosotros vivimos el calvario de ellos. A mi sobrina, Guillermo le pegó un balazo en el estómago”, añadió.
Desde la Cámara confirmaron que la pena la debe cumplir en Victoria, salvo expresa indicación del Juez. “De los 18 hasta los 21 años, se los debe confinar en Victoria”, indicaron. De todas formas, el Jurado de Ejecución de pena debe confirmar lel lugar del encierro.
