Entre los fundamentos del fallo, se señala que Crespo no estaba impedido de comprender la criminalidad del acto. El médico que lo trató a Crespo, Carlos Miguel Mussi, dijo que en su personalidad “no se ha podido constatar ningún trastorno específico pero sí era evidente el cambio de su personalidad hacia un comportamiento más hostil e impulsivo durante los episodios de ingesta alcohólica”.
Las juezas señalaron que “se computan como circunstancias atenuantes la situación de vulnerabilidad del imputado en razón de sus condiciones socio culturales y económicas”.
Además, realizaron una especial consideración de “los graves castigos sufridos por Crespo al momento de su detención, que han motivado la investigación de delitos de apremios ilegales”. Y luego agregaron que la reacción violenta del personal policial “resulta inusitada y obviamente ilegítima”, y que el castigo debe “merituarse como un elemento más a tener en cuenta a favor del procesado”.
Las integrantes del Tribunal -Alicia León, Patricia Pérez y Mariela Rojas- señalaron que se trató de una “inusitada reacción ante un motivo trivial como una reyerta vecinal callejera”.
La víctima murió el 14 de febrero pasado en la casa de sus suegros, ubicada sobre calle La Paz, entre Balcarce y Pirovano. Todo se desencadenó luego de una discusión del policía con el “Polaco” Crespo, que incluyó un golpe del subcomisario en el rostro de su matador, quien regresó hasta su casa y volvió con el arma.
