En primer término hizo una presentación Emiliano Veizaga, un ingeniero ambiental que realizó un trabajo, para su doctorado, sobre el impacto que produce en el suelo el sistema de engorde a corral. El profesional es miembro de la Cámara de Consultores, auditores, Remediadores en Medio Ambiente de Entre Ríos (CCAMAER), una organización integrada por compañías que proveen bienes y servicios para la preservación del ambiental y la mejora de la calidad de vida.
Mostró aspectos del establecimiento donde se desempeña que tiene una capacidad de encierro superior a los cinco mil animales. Tiene almacenamiento de alimentos y una planta de tratamientos, que se ocupa de los excedentes de estiércol y orina del establecimiento, ubicado en la provincia de Santa Fe.
El fin principal es la producción de carne. Se ingresan terneros de 150 kilos y salen de entre 250/300 en un período de 60 a 90 días. El tipo de producción genera una serie de residuos, como por ejemplo, restos de silobolsa, emisiones de metano, que generan malos olores y por sobre todo grandes volúmenes de estiércol y orina.
La producción diaria de un bovino de 350 kilos es de 13 kilos por día de estiércol, en un establecimiento de 7000 animales por día es un volumen importantísimo, a lo que hay que sumar los litros de orina por día por animal. Esta ingresa al suelo y al ser soluble en agua, viaja de acuerdo a las características que tenga el suelo y puede llegar a la napa.
Señaló Veizaga que los problemas que generan estos establecimientos se aumentan en los momentos de grandes lluvias. Se puede acumular 30 centímetros de estiércol hasta que son retirados. Cuando hay grandes lluvias, Materia orgánica biodegradable, microbios y restos de los medicamentos que se utilizan en el proceso.
Mostró los procesos de tratamiento que se realizan en el establecimiento donde se desempeña. Ahí se ha podido comprobar el fuerte efecto negativo que generan los deshechos en la zona.
También mostró el profesional aspectos de la legislación existente en la provincia de Santa Fe. Allí hay una normativa que indica las características de gestión de los establecimientos de acuerdo a su tamaño y para la autorización se solicita un estudio de impacto ambiental.
También genera un cuadro de distancias, indicando que no se pueden instalar en humedales o zonas inundables. Además se regula la distancia de establecimientos escolares y fuera de zonas urbanas o suburbanas. Se pone énfasis en el tipo de piso a instalar en los establecimientos.
Después hizo una exposición Rodrigo Troncoso, de la Cámara Argentina de Engordadores de Hacienda Vacuna. El ingeniero realizó una presentación, tal como lo había hecho en el año 2008, con datos actualizados, que muestra el avance que han tenido los establecimientos de engorde en todo el país.
Mencionó que se ha consolidado el sector que está buscando eficiencia productiva y que por supuesto todo el tiempo se está buscando eficiencia ambiental. Presentó ejemplos de tipos de producción en todo el país “hay distintos sistemas de producción y podemos ver las estadísticas que muestran que el 70 por ciento de la faena pasa en algún momento por un sistema de corral”.
Presentó a los senadores datos de ingreso y salida de animales en lo que va de 2007 a 2010 en Entre Ríos, explicando la diferencia entre ingreso de terneros y salida o producción, que muestra una dinámica muy interesante de Entre Ríos.
La provincia se autoabastece en lo que hace a consumo, se agrega valor aquí e incluso se venden para faenar fuera de la provincia. Resaltó la importancia del sector porque desde otros países se demanda una cuota de animales terminados a corral y se pagan muy bien, con lo que ese valor que se agrega aquí, puede generar mayores ingresos.
Troncoso destacó la calidad con la se trabaja en Entre Ríos en la búsqueda de factores ambientales tolerables. Propuso que se genere un texto normativo que permita a través de la reglamentación encontrar los mejores equilibrios posibles para evitar un impacto negativo en algunas regiones.
Por su parte, el senador Aldo Ballestena manifestó: “tenemos problemas con los olores producidos y apuntamos a una defensa del medio ambiente, para evitar problemas de imposible solución en el futuro”. “Proponemos ordenar el funcionamiento para hacer un manejo sustentable y que no genere impactos negativos en las poblaciones cercanas”, enfatizó.
En tanto, Arlettaz se mostró contrario a la instalación establecimientos que no atiendan el bienestar animal. “Creo que nos tenemos que defender con la ley, generando un esquema que permita mejorar los niveles de producción y la calidad de vida de las poblaciones, sin dejar de remarcar siempre el objetivo de preservar un medio ambiente sustentable”, enfatizó.